Kike Sarasola y el consejo de Room Mate, eximidos de la quiebra
Según consta en el auto del Juzgado de lo Mercantil número 14 de Madrid
Publicada 07/04/23 14:25h- La jueza ha declarado que la quiebra de Room Mate fue fortuita y sus administradores no agravaron la situación
- El Juzgado mantiene activa la fase de liquidación del concurso para dar salida a los activos que se quedaron fuera de la venta
- Sarasola regresó como presidente ejecutivo de Room Mate, aunque con nuevos dueños, el fondo Angelo Gordon y Westmont Hospitality
Kike Sarasola, quien desde enero pasado es el nuevo presidente ejecutivo de Room Mate, ha quedado exento de responsabilidad respecto de la quiebra de la cadena hotelera. El Juzgado de lo Mercantil número 14 de Madrid ha acordado archivar la pieza de calificación del concurso de acreedores de Room Mate tras eximir al fundador, Enrique Sarasola, y al resto de miembros del consejo de la quiebra de la compañía, según consta en un auto al que ha tenido acceso el diario económico Expansión.
La jueza, siguiendo el criterio marcado por el administrador concursal, PwC, ha declarado que la quiebra de Room Mate fue fortuita y sus administradores no agravaron la situación de la hotelera. Según se explica en la resolución, fechada el pasado 13 de febrero, ninguno de los acreedores personados en el procedimiento ha presentado "informes razonados" que permitan calificar el concurso como culpable.
En un primer informe provisional, PwC ya apuntó que las causas de la quiebra de la compañía fueron la pandemia, el préstamo de Atitlan y la pérdida de apoyo financiero de la empresaria Sandra Ortega, una de las accionistas de referencia.
La administración concursal reconoció créditos a un total de 1.567 acreedores por valor de 199 millones de euros. Entre los principales acreedores está la citada Ortega (86,9 millones), Abanca (35,6 millones), Société Générale y sociedades vinculadas (17,6 millones), Deutsche Bank (13,8 millones), Banca March (11,2 millones), Bankinter (10,1 millones) y el Ministerio de Asuntos Económicos, por las líneas de créditos ICO (2,4 millones).
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Room Mate, asesorada durante el proceso por Kepler-Karst, presentó la solicitud de concurso de acreedores voluntario hace casi un año junto a la oferta de compra del fondo Angelo Gordon y el operador hotelero Westmont, valorada en 57 millones de euros. De esta cifra, 53 millones corresponden a la asunción de pasivos laborales, saldo pendiente con proveedores, arrendamientos, deuda neta contraída por las sociedades participantes y saldo neto de clientes.
El resto, cuatro millones de euros, es la contraprestación ofrecida por la unidad productiva, que incluye la explotación de 21 hoteles ubicados en Barcelona, Granada, Madrid, Málaga, San Sebastián, París, Florencia, Roma, Rotterdam y Estambul. La operación ha permitido mantener alrededor de 600 puestos de trabajo.
La jueza mantiene activa la fase de liquidación del concurso para dar salida a los activos que se quedaron fuera de la venta de la unidad productiva, entre las que se encuentran por ejemplo las filiales extranjeras.
Sarasola sigue al frente
Kike Sarasola regresó como presidente ejecutivo de Room Mate, aunque con nuevos dueños, el fondo estadounidense Angelo Gordon y el grupo hotelero canadiense Westmont Hospitality, que poseen el 100% de la compañía, según avanzó HOSTELTUR noticias de turismo en Angelo Gordon y Westmont se hacen con Room Mate. Regresó feliz y con fuerza en esta segunda etapa, con el respaldo financiero y el apoyo moral de unos nuevos propietarios que vuelven a confiar en él “porque les gusta lo que hacíamos, aunque ahora con sus directrices”. Una segunda etapa en la que muchas estrategias van a cambiar, pero la esencia Room Mate seguirá incólume.
Ese respaldo de sus nuevos propietarios le abre todo un abanico de oportunidades, como ha detallado su presidente ejecutivo: “La posibilidad de comprar hoteles, incluso los edificios en los que ya estamos operando, o llegar a mercados que no hemos podido alcanzar. De hecho ya nos están ayudando a modernizar procesos financieros y estructuras internas, que es uno de los grandes pluses de la operación porque somos absolutamente complementarios. Antes ya éramos buenos, pero ahora, con la mejora de estos procesos, podremos crecer al nivel y velocidad que queremos”.
Sarasola, que había recibido ofertas e incluso se planteó cambiar de sector o crear otras empresas, ha reconocido que estos últimos años “han sido durísimos, casi me llevan por delante, casi me arruinan. Bueno, he perdido Room Mate, pero si algo he aprendido de la alta competición deportiva es a aprender de tus errores, a caerte y volver a levantarte”.
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