La conectividad aérea, ¿amenazada por la sostenibilidad medioambiental?
Javier Gándara, presidente de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), analizó los desafíos de la industria aérea en 2023 en el marco del Foro Hosteltur
Publicada 04/05/23 03:19h- "La sostenibilidad medioambiental no puede cargarse la sostenibilidad económica o la social"
- El precio del combustible, que es el 30% de los costes, se duplicó tras la guerra y ahora está un 80% más alto que antes
- "... lo que tenemos es que asegurar que el transporte siga siendo asequible para todos los bolsillos…"
“El gran reto que el sector aéreo tiene por delante es la sostenibilidad, pero en sus tres vertientes -medioambiental, económica y social-, y afrontándolo con seriedad, sin que la primera implique restricciones operativas o prohibición de vuelos. Sería una hecatombe en la sostenibilidad económica y social, más para un país como España, donde la conectividad aérea es esencial por sus archipiélagos y regiones extrapeninsulares y donde más del 80% de turistas viene en avión”. Así lo ha afirmado Javier Gándara, presidente de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), al analizar los desafíos de la industria aérea en el Foro Hosteltur 2023, celebrado este miércoles en Madrid, una intervención que ha sido moderada por el socio director de Transporte & Hospitality de Deloitte, David Rodríguez.
Gándara ha señalado que lo que quiere el sector aéreo es que la sostenibilidad medioambiental sea abordada con la seriedad que requiere y teniendo en cuenta su complejidad.
“Un problema global y complejo como es la sostenibilidad medioambiental no se puede resolver con ocurrencias o con soluciones simples o locales… El transporte aéreo genera el 3% de las emisiones de gases con efecto invernadero, pero es, al mismo tiempo, uno de los de más difícil descarbonización, porque todavía no existe un sistema de propulsión alternativo al keroseno convencional"
Recordó la alianza por la sostenibilidad del transporte aéreo que están impulsando, con una amplia representación del sector empresarial, académico y social.
“…Porque no es un reto solo de las compañías aéreas, sino un reto de país, a ver cómo entre todos logramos alcanzar esa ansiada y necesaria sostenibilidad medioambiental, pero que no implique cargarse la sostenibilidad económica y social. Ya hay una concienciación de que pasa por trabajar de forma coordinada todos los actores juntos”
Se refirió asimismo al combustible de aviación sostenible (SAF), el medo más inmediato para la reducción de emisiones, ya que ahora mismo se pueden mezclar hasta el 50% sin hacer modificaciones en los sistemas ni en la distribución y reduce un 80% las emisiones de CO₂, pero ahora mismo es el 1% de la producción de combustibles y los precios son cuatro veces los del keroseno convencional. “Creemos que España tiene una oportunidad única de convertirse en un productor líder europeo de SAF y queremos convencer al sector público que se puede reconvertir una industria y producirlo para autoabatecerse el país y para exportarlo”.
Optimismo moderado
Gándara ha expresado compartir el “optimismo moderado” manifestado por algunos, porque si bien es cierto que los datos del primer trimestre invitan al optimismo, todavía hay una serie de factores que, quizás, no afecten este verano 2023, pero sí más adelante, si perdura la situación económica y geopolítica existente.
Según sus datos, en el primer trimestre del año, el tráfico aéreo ya se ha colocado alrededor de un 1% por encima del trimestre equivalente de 2019, "y eso que fue año récord histórico en España", y para este verano la oferta de asientos está un 3% por encima del número de plazas que finalmente se operó en la misma temporada previa a la pandemia.
“Este año probablemente no llegaremos a ese nivel de más de 275 M de PAX de 2019, pero sí quedaremos muy cerca, y creo que es porque la gente, al final, ha repriorizado el viajar, a pesar de que la renta disponible de los consumidores y de los hogares está siendo muy afectada por el triple impacto de tipos de interés, coste de la energía y la inflación”.
Apuntó que los distintos segmentos de la demanda se están recuperando en el país a distintos ritmos. El doméstico, al final del confinamiento, fue el primero en reactivarse y ya está a niveles superiores de los que había antes de la pandemia; el largo radio, que tardó más, ya se está colocando también por encima de los niveles de tráfico de 2019; y el intraeuropeo se ha rezagado y todavía está algo por debajo de sus niveles prepandemia y ello por la incidencia de los tráficos de dos países con mucho peso en el tráfico aéreo a España, como son el Reino Unido y Alemania, sus dos principales emisores.
El impacto en los precios
"Siempre que me preguntan por las tarifas, digo lo mismo: en un sector tan competitivo como el nuestro, los precios no los fijamos las compañías aéreas, sino la interacción entre oferta y demanda. Por supuesto, los imputs de costes tienen un impacto, el del combustible, que es el 30% de los costes de las aerolíneas, se llegó a duplicar tras la guerra y ahora está un 80% más alto que antes del conflicto y lo que tenemos es que asegurar que el transporte siga siendo asequible para todos los bolsillos…"
"Nos hemos acostumbrado a un transporte aéreo seguro, eficaz y asequible y tenemos que asegurarnos de que siga siendo así. Lo peor que pudiera pasar es que el viajar en avión, y el turismo de larga, media y corta distancia, volviese a ser un lujo al alcance de unos pocos"
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