Inteligencia artificial: colaboración humana para controlar su desarrollo
“El futuro ya está aquí… y es mejor de lo que pensamos”, según ha recalcado Gerd Leonhard
Publicada 11/05/23 00:54h- “Gracias a la tecnología podemos realizar un viaje virtual con nuestro holograma, pero seguimos queriendo experimentar físicamente”
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El futuro está más cerca de lo que pensamos… y no es tan fiero el león como lo pintan. Así lo ha asegurado el futurista humanista Gerd Leonhard, que ha participado en Con-X 2023, el evento de TravelgateX organizado en Palma. Eso sí, también ha advertido que “en los próximos 10 años se van a producir más cambios que en los últimos 100”. Y, “ante el crecimiento exponencial de las posibilidades de desarrollo de la inteligencia artificial, con unas máquinas cada vez más poderosas, se impone la colaboración humana para fijar estándares y principios éticos”.
Gerd Leonhard considera en este sentido que “todo está relacionado con cómo conviven humanos y máquinas, porque todo depende de cómo utilicemos la inteligencia artificial (IA)”. Y ha puesto el ejemplo de un martillo, que “podemos utilizar para hacer una casa, pero también para matar a alguien”. La clave reside en “lograr el equilibrio entre ser proactivos y precavidos”.
Leonhard ha enumerado “cuatro sectores en los que la tecnología tiene un desarrollo exponencial: la biotecnología, tecnologías de la información, inteligencia artificial, y tecnología aplicada a energía y clima”
Lo que viene…
De momento, según ha explicado el experto, “aunque los modelos de IA ya son inteligentes, funcionan a partir de lógica y datos. Si no tienes datos no existes para la máquina, además de que estos modelos entienden sólo entre el 3% y el 5% del mundo real, a partir de esos datos. Sin embargo se prevé que para 2030 la potencia computacional sea ilimitada”.
“Los modelos de lenguaje natural más inteligencia artificial generativa manipulan datos y lenguaje para crear textos sintéticos, imágenes y vídeos muy creíbles”. Pero lo que viene es aún más impresionante, ya que como ha apuntado Sam Altman, CEO de OpenAI, citado por Leonhard, “el próximo cambio en la inteligencia artificial vendrá de la mano de adjudicarle capacidades humanas, como las de pensar, crear, comprender y razonar. Y será todo un fenómeno”.
Por su parte, según ha añadido el experto, “para Demis Hassabis, CEO de Deepmind, la AI son sistemas computacionales que convierten la información y los datos en conocimiento. Puede ser muy útil pero no es la vida real, porque según Stuart Russell, “inteligencia significa tener el poder de modelar el mundo a tu interés; la desalineación es el mayor problema”.
Lo cierto es que “hay muchas rutinas que pueden hacer las máquinas, como los coches automatizados o los trabajos commodities, y hay que tener en cuenta que hoy en día 21 millones de personas trabajan en call centers, aunque aún no hemos llegado a ese punto. Pero en los restaurantes Wendy ya son robots de IA los que atienden los pedidos que realizan los clientes desde sus coches”.
También hay un lado positivo en el mundo laboral, ya que la inteligencia artificial favorece asimismo que “los trabajadores sean más eficientes, incrementando sus conocimientos y optimizando su experiencia”, en palabras de Gerd Leonhard
Papel trascendental de la humanidad
Con este panorama, el experto ha incidido en “la necesaria colaboración humana ante la IA antes de que no podamos controlarla. Estamos aún a tiempo. La clave reside en utilizar la tecnología para beneficiar a la humanidad; tener en cuenta su bienestar por encima de todo en cada decisión y no usarla sólo para ganar más dinero, sino priorizar los efectos positivos de su aplicación, por ejemplo en el ámbito de la sostenibilidad”.
Y ha llamado la atención sobre el hecho de que “los robots no son humanos, no piensan, no entienden y no les importa. Y nuestra misión es seguir haciéndoles preguntas, criticando y mejorando. La tecnología no tiene ética, por lo que los humanos debemos dar prioridad en su aplicación a la gente, el planeta, el propósito y la prosperidad, para lograr un buen futuro”.
Y es que, como ha destacado, “la inteligencia humana no se basa sólo en proceso de datos y lógica, porque no pensamos sólo con el cerebro, no somos binarios como los datos. La vida real trasciende esos datos y la lógica por sí sola no es suficiente, porque no es la magia del ser humano, sino sus emociones, intuición, creatividad, imaginación, compasión, ética. Todas ellas son habilidades humanas que no pueden imitar las máquinas, porque los algoritmos conocen la lógica de todo pero el sentimiento de nada”.
Por ello se ha mostrado partidario de “utilizar la IA para los trabajos que realmente puedan realizar, porque no podemos tratar a las máquinas como si fueran humanas. No debemos plantearnos si podemos hacer algo, sino por qué y quién”. Para concluir recomendando “utilizar la tecnología pero sin convertirse en ella”.
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