Los españoles seguirán viajando este verano, pero gastarán menos

Después de la euforia desatada a finales de 2022 y principios de 2023, la ralentización comienza a aparecer. En 2019, antes de la pandemia de la Covid-19, el gasto total de los viajeros nacionales fue de 40.853 millones de euros y el verano supuso un 43,86% de esa cifra. En 2022 fue de 42.881 millones, a los que la temporada estival aportó el 45,56%. Sin embargo, en el actual ejercicio, el desembolso supondrá un avance del 4,76% en verano -junio, julio, agosto y septiembre-, confirmando la moderación del gasto.

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Unas previsiones que el informe de la consultora justifica por el agotamiento del ahorro, que se ha evaporado por los elevados precios de los diferentes productos de consumo de las familias, consecuencia de la alta inflación de los últimos meses.

No obstante, a pesar de la ralentización del gasto, estos datos, “lejos de provocar el parón que todos temíamos, muestran la resiliencia del sector turístico y nos devuelven a la realidad de los datos macroeconómicos”, afirma Ángel García Butragueño, codirector del Barómetro Turístico y director de Turismo en Braintrust.

Los destinos más demandados

El informe analiza el gasto en viajes por ingresos del hogar y concluye que los destinos nacionales volverán a ser mayoritarios, sobre todo entre los ciudadanos con menores recursos, que ajustarán su presupuesto, reducirán sus partidas de gasto o acortarán la duración de su estancia.

En 2019, el gasto en los destinos españoles supuso un 66,6% del total del mercado emisor; en 2020 y 2021 fue de un 83,08% y 83,36%, respectivamente, y volvió a bajar al 70,45% en 2022, ante el fin de la crisis sanitaria y el repunte de las salidas al extranjero

Se espera que en este verano retorne a niveles del 2019, pero teniendo en cuenta que el año pasado la ola de ómicron limitó los desplazamientos internacionales a destinos lejanos.

Al mismo tiempo, los destinos de larga distancia experienciales se incrementan sobre años anteriores entre los viajeros de alto poder adquisitivo, que buscan vivencias únicas.

Se espera que los llamados viajes experienciales registren un crecimiento este año del 56,11% sobre 2022

Se comercializan principalmente en agencias presenciales y se focalizan en brindar itinerarios personalizados y exclusivos, que van más allá del desplazamiento estándar que tradicionalmente se elegía en un folleto. Entre ellos se incluyen los cruceros de expedición, los safaris, los retiros de bienestar, las aventuras extremas, como dormir colgados en cabañas atadas a riscos abiertos a precipicios, o los viajes espaciales.

Vuelve el todo incluido

Por otro lado, teniendo en cuenta que la capacidad de ahorro de los españoles tras la pandemia se ha reducido considerablemente, unido a la alta inflación y a la dificultad de afrontar los gastos recurrentes del hogar, se opta más por el todo incluido para controlar el gasto en las vacaciones.

Los viajes todo incluido, comercializados en su mayoría en las agencias de viajes, tanto presenciales como digitales, experimentarán un crecimiento del 33,46% sobre el periodo previo a la pandemia, de acuerdo con Brainstrust.

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