El turismo rural en España ha crecido un 14 por ciento de forma sostenida en los tres últimos años, lo que hace que en este momento esta actividad suponga más del 5 por ciento del sector turístico español, según indicó ayer en Cuenca el presidente de la Red Española de Desarrollo Rural, Antonio González Cabrera, quien participó en el curso de verano de la Universidad de Castilla-La Mancha.
El turismo rural en España ha crecido un 14 por ciento de forma sostenida en los tres últimos años, lo que hace que en este momento esta actividad suponga más del 5 por ciento del sector turístico español, según indicó ayer en Cuenca el presidente de la Red Española de Desarrollo Rural, Antonio González Cabrera, quien participó en el curso de verano de la Universidad de Castilla-La Mancha.
"El tejido empresarial turístico en regiones desfavorecidas", dijo González Cabrera y añadió que, de acuerdo con los datos que se manejan en los últimos tres años, el crecimiento de la demanda, de la ocupación y de la oferta de turismo rural de un año con respecto al anterior ha aumentado un 14 por ciento por año. Este aumento ha hecho que actualmente suponga más de un 5 por ciento de la actividad total del sector turístico español, añadió González Cabrera, que señaló que este crecimiento interanual del 14 por ciento es bastante homogéneo en todas las comunidades autónomas, aunque, por ejemplo, Castilla-La Mancha es una de las regiones en las que ha aumentado por encima de este porcentaje. De hecho, Castilla-La Mancha "ha dado un importante salto", tanto en cantidad como en calidad de este tipo de oferta turística, de acuerdo con los datos que maneja la hasta hace poco Consejería de Industria y Trabajo, destacó el presidente de la Red Española de Desarrollo Rural. Sin embargo, puntualizó que hay otras regiones que tienen ya una tradición en este tipo de turismo, como pueden ser comunidades de la denominada "Cornisa Verde" (en la que figuran Asturias, Cantabria o Galicia) o la propia Castilla y León, que tienen unas cifras muy considerables sobre todo desde la óptica económica. Por otra parte, González destacó el papel que han jugado las iniciativas y programas comunitarios de desarrollo rural como el Leader y el Proder, puesto que es la actividad que ha acaparado un mayor volumen de recursos desde que se puso en marcha el primer Leader en 1991. Así, aunque no existe todavía una evaluación de los resultados globales, la inversión en turismo rural que generó el Leader 2 y del Proder 1 andará muy cerca del 40 por ciento del total invertido por los distintos grupos, que supondría más de un billón de pesetas, indicó González. Los programas Leader y Proder han hecho que se potencie y mejore mucho no sólo la oferta de turismo rural, sino también su calidad de la misma, afirmó González, que cree que es preciso seguir trabajando en esa línea. A su juicio, "si realmente queremos ser alternativa a las grandes promociones turísticas que pueden surgir no sólo del turismo de costa, sino incluso del turismo en el extranjero, hay que buscar una buena relación calidad-precio para hacerlo atractivo al potencial cliente de este tipo de turismo". Además, abogó no sólo por buscar la calidad, sino porque cualquier iniciativa de turismo rural esté ligada a lo que es la población local, y advirtió que en algunas regiones se está empezando a producir el fenómeno del rechazo que sufren inversores externas que llegan a montar un negocio de turismo en una comunidad rural porque no hay una implicación directa de la comunidad rural en ese proyecto. Por lo tanto, González cree que es preciso que cualquier proyecto esté vinculado a intereses propios de la localidad donde se instale y que la población local se vea beneficiada, porque de lo contrario lo único que provocará es rechazo.
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