Los mayores grupos turísticos europeos como TUI o Thomas Cook miran con atención a los países de la ampliación a la Unión Europea, un mercado prometedor para la industria con millones de personas que cada vez más pasan sus vacaciones en el extranjero y se preparan para descubrir poco a poco las capitales europeas y las playas del Mediterráneo o el Adriático.
Los mayores grupos turísticos europeos como TUI o Thomas Cook miran con atención a los países de la ampliación a la Unión Europea, un mercado prometedor para la industria con millones de personas que cada vez más pasan sus vacaciones en el extranjero y se preparan para descubrir poco a poco las capitales europeas y las playas del Mediterráneo o el Adriático.
A pesar de que estos "nuevos turistas" gastan hoy por hoy únicamente entre 500 y 1.000 euros por persona en unas cortas vacaciones, las estadísticas indican una relación directa entre el producto nacional bruto por persona y los gastos turísticos en el extranjero, "lo que permite esperar un aumento en el número de turistas de los países del Este hacia la Europa occidental", según explica Luigi Cabrini, representante para Europa de la Organización Mundial del Turismo (OMT). Según el último informe del instituto de coyuntura WIIW, con sede en Viena, Hungría, Polonia, la República Checa, Eslovaquia y Eslovenia registrarán este año un crecimiento económico medio del 2,7 por ciento y del 3,2 por ciento en 2004. La adhesión de estos cinco países de la Europa central y de los tres países bálticos a la UE en 2004 les permitirá también viajar libremente por toda la UE, lo que dará un nuevo impulso al turismo, que a pesar de todo está ya bastante desarrollado. Unos 4,4 millones de polacos, el 14 por ciento de la población de más de 15 años, pasaron en 2002 sus vacaciones en el extranjero. Más de uno de cada cinco checos lo hizo en 2001, según las últimas cifras disponibles en el Instituto de Turismo de Praga, siendo su primer destino Croacia. Los húngaros prefieren también Croacia, ya que el lago Balaton, primera zona de visitas del país, se ha convertido en un destino más caro que la costa adriática. También han cambiado los medios de transporte que utilizan. Así, el uso del vehículo individual va sustituyendo poco a poco a los viajes en autocar, y el avión, sobre todo los vuelos charter, gana terreno entre los turistas eslovenos, checos, eslovacos o polacos que visitan las Canarias, Baleares, Egipto o Túnez. Por su parte, los grandes grupos turísticos como TUI, Neckermann o Thomas Cook se están implantando progresivamente en estos mercados. Thomas Cook trabaja desde 1991 en Eslovenia, desde 1993 en Hungría, 1996 en Polonia y 1997 en Eslovaquia, ya que considera que estos países tienen "un gran potencial". Entre los turistas de Bulgaria y Rumanía, los más pobres de los candidatos a la Unión Europea que tuvieron que esperar a 2001 para poder viajar a los países comunitarios sin visado, los viajes en autocar siguen siendo los más populares, ya que un billete de ida y vuelta Bucarest-París cuesta 150 euros frente a los 350 euros de precio en avión. Para los búlgaros el viaje más demandado es uno en autobús Salzburgo-Munich-París-Viena de 10 días de duración, cuatro de cuyas noches se pasan en el vehículo, por 304 euros por persona.
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