El impulso final no alcanzará para hacer de julio un mes bueno. Los hoteles de la Costa del Sol cerrarán el primer capítulo del verano con un balance negativo: una caída en la ocupación de al menos tres puntos en relación con julio del año pasado.
El impulso final no alcanzará para hacer de julio un mes bueno. Los hoteles de la Costa del Sol cerrarán el primer capítulo del verano con un balance negativo: una caída en la ocupación de al menos tres puntos en relación con julio del año pasado.
En los últimos días el mercado se ha animado con reservas de última hora que permiten albergar optimismo ante la cercana llegada de agosto. Pero eso no alcanzará para cerrar el mes con cifras satisfactorias. No serán muchos los objetivos marcados en los presupuestos de ventas que se hayan alcanzado cuando termine julio. Sin embargo, si las reservas de última hora siguen como se espera, el mes que viene se puede alcanzar el lleno. La bajada afecta sobre todo a los hoteles de más categoría. Sin embargo, aunque a medida que aumenta el número de estrellas se observa cómo baja el nivel de ocupación, el descenso de actividad afecta a todo el sector. A la hora de buscar una explicación, los hoteleros no dudan en mirar hacia las islas Baleares. Las ofertas dirigidas al público español -con las que los hoteles de las islas pretenden llenar, aun resignando rentabilidad, el vacío dejado por la renqueante economía alemana- ha hecho daño. Los turistas que optan por las islas se están encontrando con precios entre un 30 y un 40 por ciento más bajos que los que se ofrecen en la Costa del Sol. Para algunos hoteleros, se trata de llenar aunque apenas alcance para cubrir gastos. Ello explica que en la Costa del Sol los hoteles más nuevos sean también los más afectados por la bajada de julio, mientras que los que cuentan a su favor con el factor fidelidad están resistiendo mejor el embate de los descuentos salvajes de la competencia balear. La marcha del mes de julio pone de manifiesto que el nivel adquisitivo de los turistas ha caído. No sólo por la decisión de una parte del público de dejarse seducir por las ofertas, sino también porque su nivel de gasto en los hoteles ha sufrido una caída. Los huéspedes que se han decidido por la Costa del Sol se están dejando menos dinero en sus vacaciones. (H.B., diario Sur, 22/07/03)
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