Por qué el turismo no tiene un PERTE… ni lo tendrá

Carme Artigas ha detallado en este sentido que “no hay PERTE porque existe un componente al tratarse de un sector de servicios; además de que el PERTE requiere de una cofinanciación mínima del 30%, y con lo debilitado que salió el turismo de la pandemia no hubiera podido asumirlo”.

Artigas ha enumerado otras ayudas que están a disposición del sector, entre ellas 104 millones de euros para digitalización, y otros 96 millones para comunidades autónomas y entorno local

A ellas se suman “dos RETECH (Redes Territoriales de Especialización Tecnológica) para proyectos estratégicos de alto componente tecnológico: Spain Living Lab, liderado por Canarias pero en el que también participan Baleares, Andalucía, Asturias, etc., para crear espacios de datos con el fin de mejorar la experiencia del cliente; y otro proyecto de digitalización del patrimonio histórico para, por ejemplo, ofrecer experiencias inmersivas compatibles con su protección. También se apoyan iniciativas de sostenibilidad y capacitación en competencias”.

De izq. a dcha, el moderador, Enrique Goñi, del Instituto Hermés; Nuria Oliver, de Ellis; Carme Artigas, del Consejo Asesor de Alto nivel de IA de la ONU; y Enrique Manso, de EY Parthenon. Fuente: Grupo Hotusa.

Para la ex secretaria de Estado “es importante que el sector reciba incentivos para que entienda la importancia de compartir datos a lo largo de toda la cadena de valor, porque la IA se basa en un consumo masivo de ellos con el objetivo de detectar patrones de comportamiento y segmentar para proponer una oferta mucho más personalizada. De hecho hay disponibles 100 millones de euros para crear espacios de datos de turismo, por lo que animo al sector a que encuentre casos de uso en los que se justifique la compartición de datos en la cadena de valor, para salir ganando todos”.

Riesgos, pero también oportunidades

La irrupción de la IA plantea riesgos, pero también genera múltiples oportunidades. En este sentido Artigas ha advertido que “se la ve como un gran destructor de empleo neto pero es todo lo contrario porque será una destrucción creativa: habrá puestos de trabajo que se eliminarán porque se podrán automatizar, pero se crearán nuevos que aún no conocemos. La inteligencia artificial no sustituirá a las personas, sino las personas que sepan utilizarla reemplazarán a las que no, por lo que es crucial formar en el sector”.

“Se abre un mundo tremendamente lleno de oportunidades pero que tampoco se puede desarrollar sin ninguna cortapisa. De ahí la regulación de la IA en Europa, porque esto no puede ser un territorio comanche sin derechos ni garantías. Se han establecido unos límites de lo que no queremos que haga, para garantizar la sociedad democrática y con valores que queremos, y se lo estamos “regalando” al resto del mundo”, según Carme Artigas

De hecho a lo largo de la historia las revoluciones tecnológicas, como ha incidido Enrique Manso, “siempre han aumentado la productividad y la actividad, y con ésta va a pasar lo mismo, generando más ideas, nuevos modelos de negocio, mayor capacidad de procesar inputs en tiempo real.... Y todo esto va a ir permeando de manera natural, como una mancha de aceite. Ocurrirá en los diferentes eslabones de la cadena, y el que no se ponga al día se quedará fuera porque habrá alguien que lo intermedie”.

La falta de talento, el gran reto

Sin embargo el sector se enfrenta al reto de, según sus propias palabras, “una ausencia de profesionales capacitados que va a continuar mucho tiempo, por lo que debemos reenfocar o dar más peso a unos contenidos o estrategias de formación y reinserción de personas, actualizando conocimientos”.

Y es que, como ha recordado Nuria Oliver, “el talento es el activo más valioso de cualquier sociedad ante la cuarta revolución industrial, pero no tenemos suficientes personas formadas y, lo que es peor, somos incapaces de atraerlas a las carreras tecnológicas que necesitamos. Si en términos generales es algo dramático, en el contexto femenino es hiperdramático por su limitada representación en nuestras universidades. Y cualquier universidad sin diversidad está empobrecida, y en el contexto tecnológico ese empobrecimiento es metafórico y literal”.

“La falta de diversidad en el sector tecnológico en Europa ya está provocando pérdidas de miles de millones de euros”, según ha asegurado Nuria Oliver

En esta misma línea, Artigas considera que “el activo más diferencial va a ser el talento. El desarrollo de la IA hasta ahora no es sostenible por la falta de materias primas y el elevado consumo energético, pero el valor realmente escaso va a ser el talento. Y España es el mejor país para atraer el talento digital, que no necesita anclarse al territorio. Es una revolución de futuro y debemos competir para que nuestro país sea el mejor para vivir y trabajar”.

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