Innovación en diseño y ubicación: hoteles originales en Chequia
República Checa ofrece establecimientos fuera de lo habitual para conocer sus atractivos turísticos
Publicada 04/02/24- En Chequia el visitante puede dormir en un hotel flotante (botel) en el río Moldava o en el interior de una barrica de vino en una bodega
- Los viajeros en busca de experiencias pueden alojarse en una villa modernista o en un balneario histórico para disfrutar de sus tratamientos
- También pueden vivir una “escapada bohemia” en el hotel boutique de 5 estrellas Chateau Mcely; o dormir en una fábrica de cerveza en Pilsen
Cada región de la República Checa ofrece un gran número de experiencias originales y lugares por descubrir. Propuestas como un hotel flotante en el Moldava, bohemios castillos en mitad del bosque, balnearios históricos, barricas convertidas en alojamientos e incluso factorías cerveceras donde brindar desde el interior de una tina de cerveza. El país presenta algunos de sus hoteles más originales.
Praga desde un barco
El río Moldava ofrece la posibilidad de pernoctar en alguno de los hoteles flotantes (boteles) de su ribera, con una oferta muy variada, desde con interiorismo clásico y de gran tamaño a otros con acogedores restaurantes y piscina en cubierta. También hay individuales, con los que desplazarse navegando por el río. Esta original experiencia se puede realizar en, entre otros, Boat Hotel Matylda, Botel Albatros y Houseboat Bonanza Prague.
Moravia del Sur desde una barrica
Para conocer a fondo los muchos atractivos de Moravia del Sur no hay nada como dormir en un barril de madera entre los viñedos de la bodega Pod Hradem. Desde una confortable cama situada en el interior no sólo se pueden observar las vides, también sentir el aroma de la lavanda en verano y por la noche contemplar las estrellas. Estas dos gigantescas barricas están disponibles de marzo a noviembre, que es cuando el tiempo es más estable, pero quienes deseen acudir en otro momento pueden recurrir a un apartamento abierto todo el año en la bodega.
Naturaleza bohemia desde una villa modernista
Disfrutar del pasado pero con las comodidades del presente y desde una casa modernista puede ser otro plan perfecto con el que deleitarse en la Villa Čapek. Esta mansión, que obtuvo el premio Amazing Places en 2022, fue construida por el arquitecto del mismo nombre en estilo Art nouveau a finales del siglo XIX. Hoy ha recuperado su esplendor y se ha convertido en un hotel destino con una propuesta perfecta que incluye piscina de hidromasaje, bodega e incluso paseos en un coche clásico. En temporada estival también disponen de cine de verano, barbacoa y discoteca.
Karlovy Vary desde un balneario
Los balnearios clásicos del Triángulo termal checo, entre los que destacan establecimientos como el Grandhotel Pupp y el hotel Imperial, además de su variada oferta de ocio ofrecen la posibilidad de emular a los antiguos monarcas, filósofos, escritores o músicos de finales del siglo XIX disfrutando de sus placeres. Junto a ellos el hotel balneario Nové Lázně, en la ciudad de Mariánské Lázně, permiten dormir en edificios históricos, relajarse en las piscinas de sus baños romanos o recibir un tratamiento relajante.
Bohemia Central desde un castillo
También es posible vivir una “escapada bohemia” desde un palacio de cuento de hadas y rodeado de lujos en el Chateau Mcely, un hotel boutique de 5 estrellas con sólo 24 habitaciones, todas diferentes. Una de ellas ocupa la torre, con 111 metros cuadrados de superficie repartidos en dos plantas enlazadas por una escalera de caracol. Desde su apertura, hace unos 20 años, ha recibido numerosos reconocimientos a la sensibilidad en la reconstrucción del edificio, la calidad de su restauración, el bienestar de su zona de spa… aunque el mayor premio es la fidelización de los que vuelven año tras año.
Pilsen desde una fábrica de cerveza
Una escapada a Pilsen para conocer la cuna de lo que denominan el “pan líquido” puede subir de categoría para un amante de la cerveza durmiendo en una fábrica como la de Purkmistr, donde también se puede degustar cocina tradicional, relajarse en su spa o jugar a los bolos. Para completar la experiencia sólo falta una visita a la fábrica Pilsner Urquell, con cata, y recorrer alguna de las rutas especiales para degustarla en muchas cervecerías, ya que en esta ciudad se elabora desde el siglo XIII, y conocer su amplia propuesta cultural.
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