Fallo estructural del 737 MAX9 de Alaska Airlines en pleno vuelo ¿Qué pasó?
Los pernos del tapón de la puerta del MAX 9 de Alaska probablemente no se reinstalaron después de una reparación en la planta de Boeing
Publicada 07/02/24 15:06hLos pernos necesarios para asegurar el tapón de la puerta de un Boeing 737-9 de Alaska Airlines, que el pasado mes de enero saltó por los aires en pleno vuelo, habían sido retirados en la planta de Boeing, en Renton, Washington, como parte de una reparación previa a la entrega realizada en septiembre, y nunca se volvieron a instalar; según un informe preliminar de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB, siglas de National Transportation Safety Board), organismo independiente gubernamental estadounidense que investiga los accidentes de aviación civil, carreteras, marinos, oleoductos y ferrocarriles en ese país.
El informe, publicado este martes por la tarde y que, al tener carácter preliminar, puede estar sujeto a cambios, afirma que el avión 737 MAX 9 fue entregado a la fábrica de Boeing el 31 de agosto por el proveedor Spirit AeroSystems con cinco remaches dañados en el marco delantero del tapón de la puerta de salida central izquierda, que es el tapón que salió volando en el vuelo 1282 de Alaska, el pasado 5 de enero.
Para reparar los remaches, fue necesario quitar el tapón, lo que también requirió quitar los cuatro pernos, dos en la parte superior y dos en la parte inferior, que impiden que el tapón se mueva verticalmente.
Los registros revisados por la NTSB señalan que los remaches fueron reemplazados por personal de Spirit AeroSystems el 19 de septiembre. Sin embargo, una fotografía que los investigadores obtuvieron de Boeing muestra que la puerta fue reinstalada sin tres de los pernos. Es probable que también faltara el cuarto perno, aunque la fotografía no proporciona pruebas concluyentes, ya que el aislamiento cubre el área donde habría estado el perno superior izquierdo, señala el informe
La imagen había sido objeto de un mensaje de texto entre trabajadores de Boeing, el 19 de septiembre, mientras discutían la reinstalación del tapón de la puerta.
La NTSB dijo que cuando se investigó si alguna vez se quitó el tapón de la puerta después de que salió de la fábrica de Boeing para su entrega a Alaska, a finales de octubre, no se encontró evidencia de ello.
"La investigación continúa para determinar qué documentos de fabricación se utilizaron para autorizar la apertura y el cierre del tapón de la puerta de salida izquierda durante el trabajo de remachado", precisa el informe
Boeing respondió rápidamente al informe y dijo que seguirá trabajando de forma transparente con la NTSB.
"Cualquiera que sea la conclusión final a la que se llegue, Boeing es responsable de lo ocurrido", afirmó el CEO de Boeing, Dave Calhoun. "Un evento como este no debe ocurrir en un avión que sale de nuestra fábrica. Simplemente, debemos hacerlo mejor para nuestros clientes y sus pasajeros. Estamos implementando un plan integral para fortalecer la calidad y la confianza de nuestras partes interesadas. Se necesitarán importantes y demostradas acciones y transparencia en todo momento, y ahí es donde estamos claramente enfocados"
El vuelo 1282 de Alaska volaba a aproximadamente 16.000 pies, minutos después del despegue de Portland, Oregon, cuando el tapón de la puerta explotó. La tripulación pudo regresar a Portland y aterrizar sin que nadie a bordo sufriera lesiones graves.
El incidente llevó a la FAA a dejar en tierra 171 aviones MAX 9, la mayoría de las flotas de Alaska y United Airlines, durante unas tres semanas, mientras se establecía un régimen de inspección.
Ninguna aerolínea europea se vio afectada por no disponer del tipo de unidad afectada, si bien la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) se acogió a la directiva de inmovilización que dictó la Administración Federal de Aviación (FAA) de los Estados Unidos
El incidente puso en entredicho el control de calidad de la producción de Boeing, afectando la confianza de algunos de sus clientes.
Ahora, el fabricante aeronáutico estadounidense está afrontando un nuevo problema de control de calidad en su línea de producción del 737 MAX, viéndose obligado a retrasar la entrega de 50 aparatos por hallarse en sus fuselajes orificios para remaches perforados incorrectamente.
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