La vigilancia en el aeropuerto Son Sant Joan de Palma de Mallorca se ha reforzado en los últimos días. Tanto en previsión de la delincuencia convencional como de un eventual ataque terrorista, agentes del Cuerpo Nacional de Policía y Guardia Civil han multiplicado el número de efectivos en el aeropuerto palmesano.
La vigilancia en el aeropuerto Son Sant Joan de Palma de Mallorca se ha reforzado en los últimos días. Tanto en previsión de la delincuencia convencional como de un eventual ataque terrorista, agentes del Cuerpo Nacional de Policía y Guardia Civil han multiplicado el número de efectivos en el aeropuerto palmesano.
Hasta tal punto se han extremado las medidas de seguridad que, según distintas fuentes consultadas, se antoja harto complicado sufrir en las instalaciones aeroportuarias un atentado similar al registrado el domingo en Santander. La Operación Verano y la presencia al completo de la Familia Real provocan que la vigilancia se extreme estos días. Hay dos tipos fundamentales de vigilancia bien diferenciada en Son Sant Joan. Por un lado, parejas de agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP) recorren las zonas de facturación, salidas y llegadas del Aeropuerto. Su función es eminentemente disuasoria, ante un delincuente potencial con ganas de delinquir. Por otro lado, dos grupos de agentes de paisano de la Brigada de Información se encargan de pasar lo más desapercibidos posibles. Recopilan todos los datos y su principal misión es anticiparse a estos delitos. En la zona de embarque y en las pistas es el ámbito de actuación de la Guardia Civil. La presencia de los agentes del Instituto Armado comienza en los arcos de esta zona. Controlan los escáneres por donde se ha de pasar el equipaje de mano. Además, desde el pasado 1 de mayo, supervisan todo el equipaje que viaja en las bodegas de los aviones. A pie de pista su misión se centra en permanecer atentos a cualquier contingencia o motín que pueda ocurrir en los aviones. Los agentes del Grupo de Investigación Fiscal y Antidroga (Gifa) y las unidades caninas han sido reforzadas para tratar de evitar que se les escape un posible alijo o un explosivo oculto en una maleta. Uno de los puntos calientes de Son Sant Joan ante un eventual ataque terrorista, el aparcamiento, se encuentra reforzado. El sistema de videovigilancia es uno de los más sofisticados que se pueden encontrar en todas las instalaciones aeroportuarias del país. Permite supervisar en tiempo real cuál es el titular del vehículo que acaba de introducirse en el recinto. Ante cualquier anomalía, las alarmas saltan en uno de los lugares preferidos por los terroristas para colocar coches bombas. Fuera del párking las zonas de estacionamiento están situadas a una distancia considerable que evitaría que una supuesta bomba afectara a las instalaciones. Además, hay una serie de lugares comunes que se reparten el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil. Entre éstos se encuentra el control de pantallas y las cámaras de videovigilancia del aeropuerto. Los relevos se realizan con efectivos de los dos cuerpos para controlar las imágenes. En cualquier caso, el territorio delimitado para cada cuerpo no es estricto. Aunque a priori tienen definido de antemano los puntos de vigilancia, en la práctica no ocurre así. Agentes de paisano,de uno y otro cuerpo, deambulan por todos los espacios. Máxime cuando se encuentran inmersos en mitad de una investigación. De hecho, estos días Baleares ocupa un lugar preferente en la vigilancia a nivel nacional. El dispositivo se completará, en los próximos días, con la llegada del presidente del Gobierno, José María Aznar, a Menorca para pasar sus vacaciones de verano. (L.M., diario El Mundo-El Día de Baleares, 29/07/03)
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