Todavía está reciente la oferta de «gangas» para veranear en Eivissa a comienzo de temporada cuando turoperadores y agencias de viajes ya se han puesto manos a la obra para ofrecer más «chollos» que les permitan cubrir las plazas que tienen contratadas para los meses de septiembre y octubre.
Todavía está reciente la oferta de «gangas» para veranear en Eivissa a comienzo de temporada cuando turoperadores y agencias de viajes ya se han puesto manos a la obra para ofrecer más «chollos» que les permitan cubrir las plazas que tienen contratadas para los meses de septiembre y octubre.
El principal objetivo de la estrategia parece ser un prolongamiento «forzado» de la temporada alta para salvar las pérdidas que puedan provocar la baja tasa de ocupación registrada en los meses de mayo y junio así como la pérdida de ingresos turísticos en los de julio y agosto. Las páginas de las agencias de viajes en Internet han vuelto a llenarse de viajes «anzuelo» a Eivissa con precios con los que ningún turista habría soñado. Una semana de vacaciones en la mayor de las Pitiüses en septiembre en régimen de media pensión en un hotel de tres estrellas y con el billete de avión desde la Península pagado tan sólo asciende a 250 euros. Para el mes de octubre, los precios son todavía más escandalosos aunque las agencias prefieren centrarse por el momento en vender sus plazas para el de septiembre. El presidente de la Federación hotelera pitiusa, Pedro Matutes, volvió a confirmar ayer la utilización de una estrategia que este año ha conseguido traer a las Pitiüses a una gran parte de los turistas. «Es muy probable que volvamos a ver aparecer numerosas ofertas para los meses de septiembre y octubre, si la cosa no está muy animada, con el fin de intentar prolongar los meses de temporada alta», anunció el empresario ibicenco. La estrategia está confirmada también por el Instituto Nacional de Estadística (INE) que, en su informe de ocupación hotelera del mes de junio, ya anunció que las reservas contratadas para los meses de agosto y septiembre descenderían entre un 19,6% y un 15,8% respecto a 2002 en todo el territorio nacional como consecuencia del mayor retraso con el que los turistas encargan sus vacaciones. Pero además de la incógnita que supone para los agentes turísticos los meses de septiembre y octubre, antes queda todavía por liquidar una gran duda: cómo se desarrollará el mes de agosto, que hasta la fecha siempre había registrado una ocupación del 100%. «Lo veremos a última hora. Generalmente, cuando el año va bien, el descenso de turistas comienza a notarse la primera semana de septiembre. Pero si va mal, lo harán alrededor del 23 de agosto», advirtió el presidente de los hoteleros pitiusos, Pedro Matutes. Así las cosas, los hoteleros temen que ni el mes de máxima ocupación y de mayores beneficios sea tan bueno como se podría esperar en un principio y que realmente sólo haya tres semanas de máxima ocupación. (E.L., diario El Mundo-El Día de Baleares, 29/07/03)
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