Eulogio Bordas advierte sobre las compras masivas de hoteles españoles

El consultor turístico Eulogio Bordas. Fuente: Bordas & Asociados

El turismo se ha recuperado en 2023 con mucho vigor tras la pandemia y los primeros datos que van llegando de 2024 sugieren que la demanda no aflojará. ¿Cómo valora este hecho?

El primer año de la pandemia, la consultora Mckinsey hizo un informe que confirmó lo que decíamos nosotros en otro informe confidencial que habíamos hecho internamente para nuestros clientes de THR. Ahí ya apuntábamos que la recuperación del turismo -una vez la pandemia hubiera finalizado- sería muy rápida.

En cambio, nuestro informe discrepaba de otras voces según las cuales todo, tanto los consumidores como la propia industria, sería muy diferente después de la pandemia. Algunos anticipaban grandes cambios en las preferencias y en el comportamiento del turista, pero fundamentalmente no ha cambiado casi nada relevante en este sentido.

Ahora bien, una vez finaliza la pandemia, sí estamos viendo se están produciendo bastantes turbulencias en el mercado: fusiones, adquisiciones y también fracasos empresariales, entrada de nuevos jugadores, aparición de tecnologías disruptoras, etc.

Turbulencia tiene cierta connotación negativa…

En los diarios estamos leyendo continuamente noticias relacionadas con la compra de hoteles en España y esto se presenta como algo positivo. “El mercado de inversiones hoteleras crece en tantos miles de millones de euros”. Y esto demuestra el interés y la confianza que España genera en la comunidad inversora. Pero no nos damos cuenta de que esta tendencia debe ser tratada adecuadamente y mantenida dentro de ciertos límites.

Dicen que este año en Fitur, en los pasillos de los pabellones 8 y 10, donde están las empresas, había más inversores que nunca. Imagino que vienen atraídos por la rápida recuperación del turismo…

No vienen por eso. Vienen atraídos por la rentabilidad/riesgo que obtienen. Aquí hay un mecanismo del que se habla poco y que me preocupa.

Todos los países quieren turismo porque esta actividad genera riqueza que se puede luego utilizar para construir prosperidad. Ahora bien, no olvidemos que el turismo genera riqueza (directa, inducida e indirecta) en tres formas: sueldos y salarios, beneficios empresariales y finalmente determinados impuestos sobre el consumo.

A partir de aquí se empieza a activar un debate internacional que algunos bautizan como el “problema de la pizza” que surge cuando la produce uno y se la come otro.

Llevado a un caso extremo, ¿qué sucedería si toda la oferta alojativa de España perteneciera a capital extranjero? Pues que en España sólo quedarían los salarios (modestos) y algunos impuestos.

Y esto llevaría probablemente a una interesante reflexión macroeconómica relacionada con la enorme inversión que los españoles, vía presupuestos generales del Estado, hemos realizado a lo largo de varios decenios para contribuir a hacer posible el turismo en nuestro país.

De seguir al ritmo actual, en unos pocos años, cerca del 50% de las habitaciones hoteleras de España podrían ser de propiedad extranjera, algo totalmente lícito y alineado, además, con la conveniencia de beneficiarnos de la inversión extranjera, a varios efectos.

Esta inversión extranjera se ve atraída por activos rentables, cuyo éxito se debe en gran parte a las enormes inversiones públicas en infraestructuras como aeropuertos, autopistas, infraestructuras y servicios públicos, etc., que han sido cruciales para el desarrollo turístico del país. Y los inversores nacionales y extranjeros se benefician de este gran esfuerzo colectivo nacional.

Además, muchos hoteles son viables gracias a, entre otras cosas, el sistema de paro discontinuo que se financia con dinero público. Todos los años. Esta fórmula fue un acierto y de importancia vital para viabilizar una buena parte del sector turístico español y, dentro de él, muchos hoteles.

"Yo no he visto publicado en ningún sitio el valor monetario del paro que el Estado español paga cada año desde el 1 de octubre hasta el 30 de abril. Nos sorprenderíamos si conociésemos esa cifra"

La compra de hoteles (de algunos hoteles) españoles es muy atractiva porque en España hay un sistema legal y de justicia social, que se hace cargo de los empleados cuando se acaba la temporada. Sin ello, estas inversiones serían mucho menos atractivas y en Fitur se vería menos movimiento en determinados pabellones.

Yo no he visto publicado en ningún sitio el valor monetario del paro que el Estado español paga cada año desde el 1 de octubre hasta el 30 de abril. Nos sorprenderíamos si conociésemos esa cifra. ¿Qué importe supone ese paro de todos los fijos discontinuos? Dado que sociedad española hace un enorme esfuerzo, creo que existe la obligación de informar a la sociedad de la forma en que se apoya al sector turístico. Para conocerlo. No necesariamente para cuestionarlo.

Estamos hablando de un paro para toda la vida gracias al cual es viable una buena parte de la principal industria de nuestro país.

¿A dónde nos lleva esta reflexión?

Esta reflexión se puede matizar. Creo que hubo un momento en que, sin esta medida, el turismo español no hubiera adquirido la dimensión que ha adquirido.

Esto es difícil de cambiar, porque si se acabase el esquema de los fijos discontinuos, tendríamos un gran problema en España y además puedes encontrar justificaciones razonables para que esto se mantenga más o menos así.

"Deberían habilitarse mecanismos imaginativos para que la compra masiva de hoteles pudiera hacerse a través de fondos de inversión de capital español"

¿Entonces qué propone?

Deberían habilitarse mecanismos imaginativos para que esta compra masiva de hoteles pudiera hacerse a través de fondos de inversión de capital español. Es decir, que los españoles pudiesen convertirse en inversores.

¿Cómo?

Creando algunos fondos de inversión turística, muy favorables y seguros, con el apoyo total del Estado, para que el pequeño inversor nacional pudiera invertir en turismo una parte de sus ahorros. Imaginemos por ejemplo que necesitamos 15.000 millones de euros al año; la idea sería crear varios fondos de inversión, nacionales y/o autonómicos con cierta coordinación estatal, con el objetivo de que la propiedad de los hoteles permaneciese en manos españolas y los beneficios de explotación se quedasen aquí. Los inversores españoles, además, podrían obtener alojamiento a precio reducido en baja temporada.

"Una compañía japonesa quiso comprar Mercedes Benz y el gobierno alemán dijo que esta empresa formaba parte del sistema económico alemán y que nunca ningún extranjero compraría Mercedes Benz"

Hace unos años una importante compañía automovilística japonesa quiso comprar Mercedes Benz y el gobierno alemán dijo que esta empresa formaba parte del sistema económico alemán y que nunca ningún extranjero compraría Mercedes Benz. Y los japoneses tuvieron que dar marcha atrás. Es decir, el Gobierno alemán dijo que con lo que había costado crear una industria automovilística poderosa y prestigiada, no podía ser que pasase a ser propiedad extranjera.

Yo creo que sería deseable – y justo- que la mayor parte de la industria hotelera española continuase siendo española. También tenemos que respetar, faltaría más, el derecho que tienen los empresarios que en su día levantaron hoteles en España, a venderse sus hoteles cuando lo consideren oportuno. Pero al mismo tiempo es bueno y deseable que una buena parte de esas propiedades permanezcan en manos españolas porque el esfuerzo que ha hecho España para que esos hoteles puedan existir es financieramente enorme. Y todo esto forma parte de las turbulencias posCOVID.

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