Barcelona debe decidir ya si quiere ser Barcelondon o Barcenecia
Cada ciudad debe aspirar a ser ella misma, pero también podemos inspirarnos en los éxitos y fracasos de otras urbes.
Publicada 19/03/24Análisis.- Cada ciudad debe aspirar a ser ella misma, pero también podemos inspirarnos en los éxitos y fracasos de otras urbes. Y, en mi opinión, Barcelona se encuentra atascada desde hace años en una encrucijada, sin decidir qué dirección tomar para el bien de su economía y sus habitantes. Modelos de ciudades en los que inspirarse hay muchos, claro, pero hay dos que llaman poderosamente la atención: Londres y Venecia.
Londres, una economía diversificada
Admito que soy un enamorado de Londres desde que viajé por primera vez a esta metrópolis allá por 1991, con una mochila a la espalda y un billete Interrail en la mano. Desde entonces, he regresado muchas veces. Más de tres décadas después, la ciudad sigue sorprendiéndome, tal como pude comprobar la semana pasada durante mis vacaciones.
Según datos oficiales, los 33,6 millones de turistas (21 M viajeros internacionales y 12,6 M nacionales) que visitaron Londres en 2019, antes de la pandemia, realizaron 147,4 millones de pernoctaciones y su gasto alcanzó los 15.700 millones de libras esterlinas.
“El turismo juega un papel vital en la vida social y económica de Londres. Este sector apoya hasta uno de cada siete empleos en la capital y contribuye con casi el 12% del PIB de la ciudad”, explica el Ayuntamiento. Además, los viajeros que visitaron la capital del Reino Unido gastaron 640 millones de libras en otras zonas del país.
Además del turismo, otras actividades impulsan la economía diversificada y dinámica de Londres, retroalimentándose unas con otras: servicios financieros, innovación tecnológica, educación, industrias creativas, comercio minorista, construcción, etc.
Barcelona: concentración y preocupación por el monocultivo turístico
En Barcelona, el turismo representa el 14% del PIB, según datos del ayuntamiento. Y de acuerdo con un estudio que encargó el consistorio a la Universitat de Girona, antes de la pandemia la ciudad recibía 17,3 millones de turistas, alojados principalmente en hoteles (9,5 M), pisos turísticos (3,8 M), casas particulares (1,8 M), albergues (1,2 M), pensiones (0,77 M) y aparthoteles (0,23 M). A este volumen de turistas anuales que pernoctan en Barcelona hay que añadir los excursionistas, visitantes de día que se alojan en otros municipios (10,5 M).
Pero ojo: el mismo estudio, dirigido por José Antonio Donaire, advertía sobre una “extremada” concentración de turistas en pocos distritos, principalmente Ciutat Vella y Eixample.
Y atención a lo que acaba de decir el teniente de alcalde de Economía y Hacienda de Barcelona, Jordi Valls, de cuya cartera depende el presupuesto municipal y el área de Turismo: “Creo que si no hay ampliación del aeropuerto estamos condenados al turismo, al monocultivo turístico, porque no crecen otros sectores económicos”.
Y es que, según Jordi Valls, uno de los mayores desafíos de Barcelona en un mundo cada vez más global es la diversificación económica (investigación, startups, etc), “y esta gente necesita conexión aeroportuaria”.
- Jordi Valls: “Si no ampliamos el aeropuerto estamos condenados al monocultivo turístico” (El País, 17 de marzo de 2024)
Venecia: la mitad del PIB y del empleo, vinculada al turismo
Ese monocultivo o dependencia excesiva del turismo es un hecho bien conocido en Venecia. En dicha ciudad, los sectores del transporte, comercio y turismo representan el 46% del PIB y el 49% del empleo.
Recientemente, CNN Travel, Condé Nast Traveler y Fodor´s, publicaciones de referencia para miles de viajeros en todo el mundo, daban la bienvenida a 2024 señalando los destinos con más problemas relacionados con el overtourism. Venecia, Atenas, Monte Fuji, Barcelona o Ámsterdam son algunos de los sitios mencionados.
- Destinos con más overtourism que recomiendan no visitar en 2024
- Venecia cobrará entrada a los visitantes
Encrucijada de caminos e indefinición
Desde hace tiempo venimos escuchando que Barcelona debería poner "límites al turismo". O concentrarse en "un turismo de calidad". O que ahora toca "gestionar el éxito turístico". Pero parece que la teoría va, por un lado, mientras la realidad va avanzando por otro. Barcelona se encuentra en una encrucijada de caminos y debería tomar decisiones fundamentales sobre su modelo de ciudad cuanto antes.
El problema es que van pasando los años y no tomar o no poder tomar ninguna decisión debido a la falta de consenso político (como está ocurriendo ahora mismo en lo referente al aeropuerto, los presupuestos municipales, la modificación de la moratoria de alojamientos turísticos o PEUAT, etc) nos dejará a merced de los elementos (las poderosas dinámicas del mercado) y temo que esa indefinición nos arrastrará más hacia el modelo “Barcenecia” que hacia el modelo “Barcelondon”.
Y un apunte final. Es tan grave la falta de consenso y ausencia de decisiones que ni tan solo sabemos si Barcelona tendrá agua potable de aquí a unos meses, pues aún estamos dando vueltas al trasvase del Ebro, al agua en barcos o a las desalinizadoras.
- El agua del grifo de Barcelona no será potable en verano si sigue sin llover (El Periódico, 15 de marzo de 2024).
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