Turista frenético versus viajero slow ¿Cuál eres tú?
El turismo frenético es una tendencia que está ganando terreno debido, entre otros factores, a las redes sociales
Publicada 28/03/24El "turismo frenético" -donde las vacaciones se convierten en un período estresante debido a una intensa agenda de actividades y visitas- es una tendencia que está ganando terreno en los últimos años debido, entre otros factores, a las redes sociales. Así lo advierten investigadores de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). En el lado contrario, otro nicho de viajeros opta por un "turismo slow".
Qué es el turismo frenético
Según explican los profesores Pablo Díaz (Economía y Empresa) y Sylvie Pérez (Psicología y Ciencias de la Educación) de la UOC, turismo frenético serían aquellas vacaciones donde el día se llena de actividades, experiencias y visitas. En otras palabras, sin apenas tiempo para descansar, relajarse o reflexionar ante un paisaje, una escena urbana o una obra de arte.
Si bien hace unos años este tipo de turismo que abarca muchas visitas a diferentes sitios en poco tiempo se asociaba principalmente con turistas asiáticos, especialmente japoneses, en la actualidad, según Díaz, se ha convertido en una práctica extendida entre todo tipo de consumidores.
La influencia de las redes sociales en el consumo de viajes
¿A qué se debe este frenesí por consumir turismo concentrado, de cuanto más mejor?
Una de las causas que explica esta tendencia al alza tiene que ver con las redes sociales.
"Aunque no se puede generalizar, siempre ha habido cierto ánimo exhibicionista en la práctica del turismo y los viajes. Los álbumes de fotos de los viajes y en especial los de los novios tenían ese propósito", explica Pablo Díaz. "Sin embargo, actualmente la tecnología y las redes sociales han multiplicado este efecto, y hay ciertos grupos de turistas que pueden sentir esta obligación de hacer cosas, viajar y darlas a conocer".
Repercusiones del turismo frenético en el bienestar de los viajeros
Pero esta presión por compartir fotos a través de las redes sociales, o quizá "miedo a no exhibir nada", tiene un alto coste en forma de estrés.
Y es que según apunta Sylvie Pérez, ni tan solo durante los períodos de descanso, "no desconectamos porque vivimos en un bucle de querer tenerlo todo controlado, también la planificación de las vacaciones, pero paradójicamente cuando más controlado lo tenemos, más estrés genera".
Esta experta advierte que hemos llegado a un punto en el que sentirnos mal por descansar se convierte en algo habitual. E incluso si no experimentamos este sentimiento, nuestro entorno social (amigos, familias, compañeros de trabajo, etc.) lo genera a través de preguntas como: "¿Y dices que no has hecho nada estas vacaciones?".
Además, según la profesora de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, otro factor que influye en esta tendencia es la dificultad creciente que tenemos para disfrutar del proceso en sí, en este caso el viaje. Solo nos importa el producto final y, una vez que lo conseguimos, buscamos la aprobación de los demás mediante la demostración de nuestro logro, como una foto en la Capilla Sixtina o en la cima de una montaña.
En otras palabras, la cultura del logro inmediato nos ha llevado a perder la capacidad de disfrutar del viaje, solo importa llegar a un lugar codiciado e icónico... Y a continuación mostrarlo en las redes sociales.
Destinos y empresas pueden retroalimentar el turismo frenético
¿Estamos convirtiendo el turismo en una carrera por acumular fotos y hemos dejado de considerar el valor intrínseco de los lugares que visitamos? ¿Y hasta qué punto los propios destinos y empresas turísticas son responsables de esta tendencia?
En este sentido, indica Pablo Díaz, "hay una oferta creciente de experiencias y una orientación de estas a impulsar que los propios clientes las promocionen en las redes sociales. Las empresas o los emprendedores turísticos están muy preocupados por su imagen en las redes y, por ello, se adaptan en muchos casos a las demandas de los públicos".
En resumidas cuentas, el turismo frenético puede acabar siendo un círculo vicioso cuando la demanda crea la oferta, y la oferta crea la demanda.
La alternativa: turismo slow
El profesor de Economía y Empresa señala que el frenesí turístico ha dado lugar a un nicho de negocio "por negación", es decir, que se basa en ofrecer una alternativa a este tipo de turismo. Serían aquellas propuestas vinculadas a los viajes lentos, experiencias locales o actividades en contacto con la naturaleza, pensando en los viajeros "que buscan un turismo slow y desconectado".
¿Qué otras prácticas podemos incorporar para no caer en la espiral del turismo frenético?
La psicóloga Sylvie Pérez recomienda que, antes de iniciar cualquier tipo de vacaciones, tanto cortas como largas, se limite la planificación a aquellos lugares que realmente generen mucha ilusión por visitar. "Para el resto, aconsejaría autoobligarse a improvisar y gozar de esta improvisación", indica.
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