Agosto será un buen mes para los hoteles, pero no alcanzará el nivel del año pasado. La ocupación -según las previsiones de los hoteleros consultados por este periódico- será mejor que en julio, que tuvo las dos primeras semanas muy flojas, aunque no alcanzará los registros del año pasado. Los principales motivos son la agresiva política de precios aplicada por otros destinos y el aumento de la oferta. Los hoteles tienen este verano más de un 5 por ciento más de plazas que hace un año.
Agosto será un buen mes para los hoteles, pero no alcanzará el nivel del año pasado. La ocupación -según las previsiones de los hoteleros consultados por este periódico- será mejor que en julio, que tuvo las dos primeras semanas muy flojas, aunque no alcanzará los registros del año pasado. Los principales motivos son la agresiva política de precios aplicada por otros destinos y el aumento de la oferta. Los hoteles tienen este verano más de un 5 por ciento más de plazas que hace un año.
A la espera de las estadísticas oficiales, la sensación en el sector es que julio se ha cerrado con una bajada de ocupación en relación con el año pasado que oscila entre 3 y 6 puntos. Para el mes que comienza mañana las expectativas son ligeramente mejores. La previsión más optimista es la de la patronal del sector, Aehcos, que estima en un 95 por ciento la ocupación para las tres primeras semanas, con una caída de unos diez puntos en los últimos días del mes. «Pasará lo de todos los años -vaticinó ayer el presidente de la asociación, José Julián Prieto-, los hoteles estarán casi llenos hasta el comienzo de la última semana, la ocupación caerá algo en la última y tendremos un buen mes de septiembre». Según Prieto, la ocupación será algo más baja que la del año pasado, pero los hoteles conseguirán mejores resultados operativos. Este análisis parte de estimar que el turismo nacional e individual tendrá un gran peso durante el mes, y que habrá mucha incidencia de las reservas de última hora, como ha sido la tónica durante las últimas semanas de julio. Sin embargo, el sector afronta el inicio del mes de mayor actividad del año con algunas incógnitas. Con la mayor parte de los clientes de mayoristas y touroperadores desviados a las islas por mor de las agresivas ofertas lanzadas en las últimas semanas, los hoteles que no hayan conseguido llenar todavía guardan la expectativa de vender a última hora a clientes individuales, que pagan precios más altos. Esta situación beneficiará sobre todo a los hoteles de Marbella, que reciben más huéspedes de este tipo. Sin embargo, en otras zonas de la Costa del Sol, entre las que se encuentran las de mayor número de camas hoteleras, la situación es diametralmente opuesta. Las camas están casi vendidos a los mayoristas y los hoteles están consiguiendo menos ingresos que otros años, sobre todo aquellos en los que ha crecido la llegada de clientes del Reino Unido frente a otros países emisores. Al tratarse del mercado con más volumen y que se mueve principalmente a través de touroperación, el británico es también el que consigue mejores precios en la Costa del Sol, con diferencias de entre el 10 y el 15 por ciento, según han explicado fuentes hoteleras. Un establecimiento lleno de turistas ingleses consigue menos renta por habitación que uno con mayoría de clientes españoles, si bien es cierto que el gasto extra de los británicos suele ser mayor. Este año se suma que la libra esterlina ha perdido poder adquisitivo frente al euro, lo que también atenta contra la capacidad de gasto de estos turistas.
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