Playas españolas: el lado oscuro del turismo de sol y playa
Publicada 04/08/24
España es uno de los referentes mundiales en turismo de sol y playa, aunque esconde algunos secretos menos atractivos en su extenso litoral, una realidad que dista de la imagen idílica de playas de arena blanca y aguas cristalinas que predomina en el imaginario colectivo. Y aunque el país tiene playas hermosas, no todos los arenales son aconsejables para disfrutar del baño y del paisaje. De hecho se destacan cinco de las playas con problemas frecuentes a tener en cuenta su estado, si vamos a viajar por la zona.
La ONG Ecologistas en Acción, a través de su informe Banderas Negras, continúa denunciando la preocupante situación de numerosas playas españolas. En su última edición, se ha puesto de manifiesto la problemática de la turistificación desmedida y la mala gestión ambiental en diversas zonas costeras, especialmente en las Islas Canarias.
Según el informe, estas prácticas están provocando una contaminación creciente y una degradación del medio ambiente en numerosos arenales. En 2024, un total de 48 playas en toda la costa española han sido señaladas con la bandera negra. Hemos recopilado las cinco playas contaminadas -algunas muy visitadas- que han obtenido esta insignia por tener vertidos desde arenas con plutonio y americio hasta vertidos residuales frecuentes.
Playa Quitapellejos-Palomares (Almería)
La playa de Quitapellejos-Palomares, ubicada en el municipio de Vera, Almería, es conocida por su fina arena y el frondoso bosque de pinos y eucaliptos que la rodea. Sin embargo, esta paradisíaca playa esconde un oscuro secreto: bajo su superficie se encuentran enterradas grandes cantidades de partículas radiactivas de plutonio y americio, según alerta el informe de Banderas Negras.
Este preocupante hecho se remonta al accidente aéreo estadounidense de 1966, cuando cuatro bombas nucleares cayeron sobre Palomares. Dos de ellas explotaron al impactar con el suelo, esparciendo una nube de dióxido de plutonio que contaminó extensas zonas, incluyendo la playa de Quitapellejos. En esta playa, los equipos de limpieza estadounidenses establecieron el campamento Wilson, donde lavaban los vehículos contaminados, arrastrando así el material radiactivo hacia el subsuelo.
La organización ecologista advierte que las actividades recreativas habituales en la playa, como los juegos infantiles que implican remover la arena, pueden liberar estas partículas radiactivas al aire, poniendo en riesgo la salud de quienes la visitan. A pesar de los años transcurridos desde el accidente, la contaminación radiactiva en Palomares sigue siendo una problemática latente.
Playa de Talamanca (Ibiza)
Esta playa urbana de Ibiza (Eivissa) ha sido incluida en un informe debido a tres factores que afectan negativamente a este arenal: la existencia de un emisario de aguas residuales, la producción de efluentes salados por la depuradora y los fondeos ilegales. Estos últimos, al arrastrar las anclas o por el roce de las cadenas, actúan como arados sobre las praderas de posidonia de la bahía de Talamanca. La recuperación de estas praderas resulta extremadamente difícil, ya que una hectárea de posidonia puede tardar entre 200 y 600 años en formarse. Si consideramos que las causas subyacentes persisten, el panorama para la recuperación de este ecosistema marino es poco alentador.
Playa Blanca (Lanzarote)
Playa Blanca, una de las zonas turísticas más activas de Lanzarote, sufrió el cierre temporal de su cala homónima en mayo debido a un vertido de aguas residuales. Una avería en la estación de bombeo provocó que las rediduos fecales contaminaran la playa, obligando a las autoridades a prohibir el baño y el acceso a la zona. A pesar de los intentos por contener el vertido con sacos de arena, las aguas contaminadas finalmente alcanzaron el mar.
Este incidente, aunque lamentablemente, es común en otras playas debido a problemas en las redes de alcantarillado y el tratamiento de aguas residuales, ha sido señalado por Ecologistas en Acción como un claro ejemplo de los riesgos que conlleva la falta de inversión en infraestructuras hídricas.
Playas de Granada y Poniente (Granada)
Las playas de Poniente y Granada, en Motril (Granada), han sido galardonadas con la bandera negra debido a los vertidos de residuos fecales. La primera, por los "vertidos frecuentes de aguas residuales por el balate de la Culebra con origen en el polígono industrial de Alborán". La segunda, por "vertidos recurrentes de origen urbano por la acequia del Puentecillo provenientes de las urbanizaciones ".
A estos problemas habituales se suma este año un nuevo vertido de color azul, de origen desconocido, con origen en la vega de Motril que ha llegado al mar a través del balate o acequia de los pescadores. Este hecho, junto a los grandes depósitos de graneles al aire libre en el Puerto de Motril, que generan nubes de polvo y olores, agrava la situación ambiental de estas playas.
Barranco y playa del Amerador (Alicante)
La ONG ha denunciado los recurrentes vertidos de aguas fecales en la playa y el barranco del Amerador, en El Campello. Estos incidentes, ocurridos en marzo y abril de 2024, se originaron en la estación de bombeo (EBAR) ubicada en el cauce del barranco.
Estos enclaves de gran valor natural se han visto afectados en múltiples ocasiones por el rebosamiento de la EBAR, debido a fuertes lluvias y a una evidente falta de mantenimiento. La organización critica la situación de deterioro general de las infraestructuras de saneamiento en todo el municipio y la consiguiente amenaza para el medio ambiente.
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