Los pies de barro del gigante Boeing: menos ingresos y más números rojos
La compañía sigue sin remontar la crisis que ha supuesto menos entregas y pérdidas por acción de 2,3 dólares
Publicada 01/08/24 15:03h
Boeing triplica las pérdidas respecto hace un año y mantiene el rumbo en el que la compañía lleva inmersa desde hace varios meses. Una pescadilla que se muerde la cola porque, al haber menos entregas, hay menos ingresos. En concreto, el fabricante americano ha entregado en el primer semestre 175 aviones, un 34% por debajo de los del mismo periodo de 2023, 266. En consecuencia, los ingresos han bajado un 11% en los primeros seis meses. A la crisis de reputación se le ha unido, además, problemas en los programas de defensa.
¿Ha entrado en barrena Boeing? Si alguien no lo remedia, la respuesta podría ser que sí, a la vista de los últimos resultados semestrales de la compañía. Y ese alguien tendrá que ser el nuevo CEO de la compañía, Robert "Kelly" Ortberg, quien sustituirá al frente de Boeing al actual consejero delegado, Dave Calhoun, a partir del próximo 8 de agosto.
Ortberg va a heredar unas cuentas con pocas alegrías, ya que Boeing ha conseguido triplicar las pérdidas netas hasta los 1.654 millones de euros (1.794 millones de dólares) en los primeros seis meses de este año.
Sólo en el segundo trimestre, Boeing acumuló unas pérdidas de 1.439 millones cuando en el mismo periodo de 2023 las pérdidas habían sido de 149 millones.
Menos entregas, menos ingresos
En cuanto a los ingresos, en comparación al mismo periodo de 2023, también bajan un 11%, quedándose en los 30.839 millones de euros (33.435 millones de dólares) frente a los 34.747 millones de euros del año anterior.
"A pesar de un trimestre difícil, estamos haciendo progresos sustanciales, reforzando nuestro sistema de gestión de la calidad y posicionando a nuestra empresa para el futuro", ha señalado el hasta ahora presidente y consejero delegado Dave Calhoun.
Un cambio de rumbo que tendrá que paliar un flujo de caja negativo de 3.900 millones de dólares, que refleja un descenso de las entregas de aviones del 34%, solo 175 en los primeros seis meses, frente a los 266 de 2023.
¿Brotes verdes?
A pesar de todo, todavía queda margen para que la caída no sea tan estrepitosa. En el último trimestre, Boeing ha presentado su plan de seguridad y calidad a la Administración Federal de Aviación (FAA). El programa del 737 ha incrementado gradualmente su producción y todavía no se descarta llegar a las 38 unidades mensuales para fin de año. Y también mantiene los planes para producir al mes cinco unidades del B787.
De hecho, y tras una suspensión de cinco años, Boeing ha retomado recientemente las entregas de sus 737 MAX a aerolíneas chinas, superando así la nueva pausa que Pekín había impuesto en enero.
Además, hace unas semanas Boeing anunció la compra de Spirit AeroSystems. La adquisición de Spirit por Boeing abarcará sustancialmente todas las actividades comerciales relacionadas con Boeing, así como otras actividades comerciales, de defensa y posventa.
Por otra parte, en la última edición del Salón Aeronáutico de Farnborough, Boeing superó con creces las expectativas, consiguiendo un tal de 56 pedidos, que es más significativa aún si se tiene en cuenta que Airbus, su principal competidor, volvió a casa con las manos vacías.
Una crisis fraguada a golpe de incidentes, algunos mortales
Este año ya comenzaba mal para Boeing tras el incidente de Alaska Airlines en el que se desprendió un panel de un B737 MAX en pleno vuelo. Un incidente que provocó una cascada de acusaciones, con culebrón de chivatazos de empleados incluido.
Un accidente, el de Alaska Airlines que no ha sido ni mucho menos aislado a lo largo de 2024, pero que ha supuesto un cúmulo de investigaciones, así como un control exhaustivo por parte de las autoridades federales. Incluso de un procedimiento penal aparte. Al mismo tiempo, la propia compañía, ha ralentizado los procesos de producción de sus aviones lo que ya se ha reflejado en sus cuentas.
Sin embargo, la crisis a la que se enfrenta Boeing viene de más lejos, en concreto de 2018, con dos accidentes fatales con consecuencias dramáticas: el del vuelo 610 de la aerolínea indonesia Lion Air en Indonesia, con 189 víctimas y el del vuelo 302 de la compañía Ethiopian Airlines, con 157.
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