El proyecto alcanza otros aspectos de la masificación turística, que afecta sobre todo a Praga

Cómo prevé República Checa acabar con la ‘zona gris’ del alquiler turístico

Las autoridades implementarán medidas legales para regularizar esta actividad

Publicada 03/09/24 12:49h
Cómo prevé República Checa acabar con la ‘zona gris’ del alquiler turístico

La República Checa ha decidido enfrentar el creciente problema del alquiler turístico no regulado, conocido por algunos como la "zona gris" del turismo. Este fenómeno, impulsado por plataformas como Airbnb, ha exacerbado la masificación turística y la evasión fiscal, especialmente en Praga. Las autoridades checas planean implementar una serie de medidas legales para regularizar esta actividad y mitigar sus efectos negativos en las zonas más afectadas.

Entre las medidas propuestas, destaca la exigencia de que todos los propietarios que alquilen sus viviendas de manera turística se registren oficialmente y cumplan con las normativas fiscales. Esto incluirá la declaración de ingresos por alquileres y el pago de los impuestos correspondientes. Además, se establecerán límites en la duración del alquiler y se reforzarán los controles para garantizar el cumplimiento de estas normas.

Registro de propietarios de viviendas

Los cambios concretos que supondrán las nuevas medidas incluyen la creación de un registro nacional de propietarios y la obligación de obtener una licencia para alquilar viviendas turísticamente. Esto busca cerrar las brechas legales que han permitido que muchos propietarios operen al margen de la ley. Las sanciones por incumplimiento serán severas, incluyendo multas significativas y posibles restricciones en la capacidad de seguir alquilando.

Cómo prevé República Checa acabar con la ‘zona gris’ del alquiler turístico
Praga es considerado un destino tensionado en República Checa. Fuente: Pexels

Estas medidas no solo apuntan a regular el alquiler turístico, sino también a abordar la masificación turística que ha afectado negativamente a las comunidades locales. En Praga, el centro histórico y barrios emblemáticos como Malá Strana y Staré Město, han sido particularmente golpeados por el aumento del turismo, lo que ha llevado a un alza en los alquileres y una disminución en la calidad de vida de los residentes permanentes.

Límite de días en alquiler turístico

Se espera que las nuevas normativas reduzcan la oferta descontrolada de alquileres turísticos, lo que podría estabilizar los precios de la vivienda en las zonas más tensionadas. Al limitar el número de días que una vivienda puede alquilarse, se pretende también desalentar la compra de propiedades con fines exclusivamente turísticos, favoreciendo así el acceso a la vivienda para los residentes locales.

En Praga, los residentes han expresado su frustración por el impacto negativo que la proliferación de alquileres turísticos ha tenido en sus comunidades

De hecho, las protestas de los checos por la masificación turística que se viene registrando en algunas zonas no son nuevas. La sensación generalizada es que, si bien el turismo es crucial para la economía, la falta de regulación ha permitido que el turismo de masas desplace a los habitantes, erosionando la identidad local. Este efecto es básicamente el mismo que se viene produciendo en otros destinos europeos y también de España.

Praga: control perdido

Praga, con su impresionante arquitectura y su rica historia, ha sido uno de los epicentros de este problema. La saturación turística ha llevado a que la ciudad busque nuevas formas de controlar la afluencia de visitantes y proteger su patrimonio. Los cambios propuestos podrían ser un primer paso significativo para devolver a los ciudadanos el control sobre sus barrios y mejorar la convivencia con los turistas.

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Cabe recordar que en otras ciudades europeas que enfrentan problemas similares ya se están tomando disposiciones en la misma línea que las que ahora se anuncian en la capital checa. así, Ámsterdam, Barcelona y París han implementado regulaciones estrictas sobre el alquiler turístico, con resultados mixtos. Estas experiencias servirán de referencia para la República Checa, que busca un equilibrio entre fomentar el turismo y proteger a sus ciudadanos.

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