FTI: después de los viajeros, ¿quién será el siguiente en cobrar?

La primera reunión de acreedores se celebrará el 20 de noviembre en Múnich, y se prevé que sirva para aclarar la situación de un proceso que, según Axel Bierbach, administrador concursal en esta quiebra, "durará años. Es un maratón". La deuda del grupo turístico en el momento de su fallida se estimaba en torno a 1.000 millones de euros, solo con la Administración pública alemana, que la había concedido cuantiosos préstamos durante la pandemia de COVID-19 que no habían sido devueltos.

Muchos acreedores con poca deuda

Bierbach ha adelantado a los medios de comunicación alemanes que no espera una gran participación en el encuentro de noviembre, ya que muchos acreedores sólo tienen créditos pequeños. Pero la situación es distinta en el caso del FSM, entidad que prestó alrededor de 600 M € a FTI, y que probablemente sólo recuperará una fracción de sus reclamaciones.

Sede de FTI Touristik, matriz del grupo FTI. Fuente: FTI

Entonces, y como ya ha empezado a suceder, se deberán liquidar los activos del grupo turístico para liquidar las deudas con los acreedores. ¿Será suficiente? Difícil de responder en este momento. FTI cuenta con 54 hoteles con un total de 12.000 habitaciones, que son de su propiedad, o bien, están alquilados a largo plazo. Estos hoteles se venderán ahora para cubrir al menos parte de las deudas.

El administrador concursal afirma que ya hay varios interesados ​en adquirir los hoteles de FTI ​y que algunas de las negociaciones ya están muy avanzadas

Además de los hoteles, FTI también ha vendido varias filiales, entre ellas el proveedor de viajes de lujo Windrose, el centro de servicios Erf24, en Erfurt, y más recientemente, el portal online 5vorFlug. Desde el sector se apunta que estas ventas no serán suficientes para saldar las abultadas deudas contraídas por el grupo y que han llevado a su quiebra. Una vez más, se anticipa que el proceso no será rápido ni sencillo.

Quiebra sin sorpresas

La falta de liquidez es la clave. En el momento de declararse en quiebra, en las cuentas del grupo sólo quedaban unos 30 M €, según han apuntado los medios germanos. Y aunque la cuantía exacta solo se ha sabido después, lo cierto es que la declaración de insolvencia que condenó a la empresa matriz, FTI Touristik, y apenas unos días después a la filial BigXtra, no cogió por sorpresa al sector turístico.

Clientes de FTI ante un mostrador de la compañía en Fuerteventura en los primeros días de la quiebra. Fuente: FTI

Esto es así porque la situación financiera del grupo ya venía empeorando desde hacía meses. Los clientes y las agencias de viajes se volvieron cada vez más cautelosos, no se hacían nuevas reservas y los socios contractuales exigían el pago por adelantado. Esto llevó a que FTI padeciera una importante falta de liquidez que intentó paliar incluso con una carta de compromiso dirigida a los proveedores hoteleros.

La falta de los certificados de seguridad obligatorios del fondo DRSF, sin los cuales FTI ya no podía vender viajes, fue determinante para su caída

En este momento, los únicos que tienen certeza de lo que pasará con su deuda son los viajeros, gracias precisamente a ese fondo de garantía, mientras que se abate la incertidumbre sobre los empledos -700 han sido ya despedidos-, que ya buscan alternativas en compañías de la competencia, y los proveedores y otros socios comerciales, que deberán seguir el proceso de liquidación a la espera de poder cobrar quién sabe cuándo. ¿Quién tiene la vez?

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