Propuesta de nueva tasa aérea para quienes vuelen más de 2 veces al año

El estudio en cuestión, de New Economics Foundation (NEF) y Stay Grounded, en el que se basa la propuesta de una tasa para viajeros frecuentes, vincula a estos con los de mayor poder adquisitivo, mientras que establece el umbral de viajero frecuente a partir de tres vuelos de ida y vuelta al año. Es lo que algunos medios británicos han denominado impuesto a la "jet set" de la industria aérea. En cuanto a los viajeros corporativos, el estudio sugiere "que las empresas pudieran compensar a sus empleados por las tasas en las que incurran en sus viajes personales debido a viajes de trabajo previos".

Quienes tienen más poder adquisitivo, los que más vuelan y contaminan

El estudio de NEF y Stay Grounded plantea las conclusiones de una encuesta llevada a cabo por More in Common, según el cual, en Europa occidental, los hogares con mayores ingresos (más de 100.000 € anuales) tienen al menos seis veces más probabilidades de tomar tres o más vuelos al cabo del año (en este caso con fines vacacionales) que los hogares con menos ingresos (menos de 20.000 € anuales). Por otra parte, dentro del grupo con menores ingresos, casi un 70% de los hogares no toman ningún vuelo al cabo del año, frente a algo más del 20% entre los hogares con mayores ingresos.

La Tasa Viajero Frecuente supondría un impulso para la descarbonización de la industria aérea, según sus impulsores. Fuente: Archivo Hosteltur.

A partir de ahí, se recomienda la tarifa de viajero frecuente según la frecuencia del número de vuelos, la distancia recorrida y la clase en la que se vuela. Según el análisis planteado, el 54 % de la recaudación de la TVF vendría de las personas que vuelan más de cuatro veces al año, que representan el 4,5 % de la población europea

Tasas propuestas por vuelo a partir del segundo vuelo de ida y vuelta y recargos adicionales por distancia y clase. Fuente: Estudio NEF y Stay Grounded.

Según el estudio, las emisiones generadas por el sector de la aviación "ponen en peligro nuestra capacidad de realizar una transición mundial hacia un clima estable. Hasta el momento, las medidas y políticas implementadas no han tenido un alcance suficiente para hacer frente al impacto de dichas emisiones y acusan una excesiva dependencia de tecnologías que todavía no han sido probadas a la escala requerida y no son realmente sostenibles".

El análisis señala que la contaminación por carbono producida por los aviones podría reducirse un 21% si los ciudadanos tuvieran que pagar más por cada vuelo adicional que hicieran después del primer viaje de ida y vuelta, al reducirse, según el estudio, en un 26% el número de personas que volaría en 2028. Algo más de la mitad de los beneficios de un año provendrían del 5% de las personas que más vuelan, mientras que el 72% de la gente se libraría de las tasas volando una vez o no volando en absoluto.

Principales efectos de una TVF aplicada en 2028 respecto a un escenario sin su aplicación. Fuente: Estudio NEF y Stay Grounded

En España podría reducir un 28% las emisiones y generar 8.000 millones de euros

Ecologistas en Acción ha impulsado esta propuesta desde España, bajo la motivación del "preocupante incremento de las emisiones del sector aéreo" que, según señalan, aumentó un 30% entre 2013 y 2019". Además, las entidades promotoras del TVF denuncian la situación de "privilegio fiscal de la que se beneficia el transporte aéreo, algo que sitúa a esta industria en una posición de ventaja frente a otros medios de transporte con menor impacto". En el caso de España, que no cuenta con ningún tipo de impuesto a los billetes aéreos, la TVF podría reducir un 28 % las emisiones de CO2 y generar 8.000 millones de euros.

Las aerolíneas reiteran que hay que huir de las prácticas que penalizan al turismo

Que las compañías aéreas manifiesten su oposición a más cargas impositivas a la aviación no es algo nuevo. En cuanto a esta nueva propuesta, desde la Asociación de Líneas Aéreas, ALA, en declaraciones a HOSTELTUR, Javier Gándara señala su oposición a la entrada en vigor de este tipo de medidas, al considerar que "debe huirse de prácticas que penalicen al sector aéreo, al turismo y la economía, por otras que promuevan y favorezcan la transición ecológica del sector, como medidas de eficiencia operacional, el uso de SAF o la propulsión por hidrógeno, entre otras".

Javier Gándara, presidente de ALA: "Establecer impuestos para reducir la actividad aérea no solo no contribuye a favorecer su descarbonización, sino que puede dañar la competitividad del sector y perjudicar a los ciudadanos. Aumentar la fiscalidad en la aviación podría expulsar a los turistas internacionales, que optarían por otros destinos más competitivos, o al segmento de viajeros jóvenes. Según la Confederación de Viajes WYSE y la OMT, estos representan el 23% de las llegadas internacionales".

El presidente de ALA también ha puesto en valor que, gracias a la eficiencia operativa, "las emisiones de CO2 por pasajero y kilómetro transportado han pasado de 98 gr CO2/paxkm a 90 aun habiendo experimentado un incremento del tráfico aéreo del 45% entre 2013 y 2019".

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