Boeing intenta atajar la huelga con nueva oferta que se votará el miércoles
El gigante norteamericano recula y ofrece a los sindicatos una propuesta de convenio colectivo que tienen que aprobar los trabajodores
Publicada 21/10/24 12:26h
Nuevo intento de Boeing para que vuelva la producción a la planta de Seattle que lleva paralizada más de un mes. El fabricante de flota ha ofrecido un aumento salarial del 35%, frente al 25% que fue rechazado por los trabajadores. El sindicato AIM, que representa a 33.000 trabajadores, ha llegado a un preacuerdo con la compañía que tendrá que ser ratificado este miércoles y que pondría fin a la huelga que le está costando a Boeing alrededor de 1.000 millones de dólares al mes.
La huelga, que comenzó el 13 de septiembre, mantiene paralizada la producción del 737 MAX, el modelo más demandado de Boeing, y ya ha comprometido llegar a tiempo para el 777x. De hecho, se ha tenido que posponer los planes para que saliera de fábrica en 2025 y se ha retrasado a 2026. Una huelga que, además, le está costando a Boeing alrededor de 1.000 millones de dólares al mes.
El regateo del convenio colectivo puede llegar a su fin
Con este panorama, Boeing ha hecho una nueva oferta al sindicato AIM, que representa a 33.000 empleados de la compañía para renovar el convenio colectivo con un aumento del 35% del salario en cuatro años -frente al 25% ofertado en un principio, que los trabajadores rechazaron y que Boeing retiró después- acercándose así a la reivindicación del 40% que querían los trabajadores.
En el escenario actual, el principal sindicato ha llegado al preacuerdo con Boeing y el miércoles -coincidiendo con el día en el que se conocerán los resultados del tercer trimestre de la compañía- los trabajadores tendrán que ratificar el nuevo convenio. Además del incremento de sueldo, la nueva propuesta incluye además una bonificación anual garantizada del 4% y un bonus de 7.000 millones de dólares si los trabajadores aceptan el acuerdo.
Y aunque todo parece indicar que así se pondrá fin a la huelga, ya que, según recoge Reuters, dos altos cargos del sindicato en Seattle creían que los afiliados votarían a favor del acuerdo, no está garantizado. De hecho, el rechazo de los empleados a la propuesta de Boeing fue lo que dio pie a la huelga. Y los trabajadores de más edad podrían ser los más reacios a ratificar el acuerdo, ya que exigen que Boeing les restituya una pensión de prestación indefinida.
El intento de parar la hemorragia
Entre medias, Boeing ha tenido que hacer frente tanto a las consecuencias de la huelga, la primera en dieciséis años, como del año de crisis reputacional que lleva arrastrando todo el año tras el desprendimiento de un panel de un 737 MAX de un avión de Alaska Airlines en pleno vuelo.
La ralentización de la producción y las investigaciones en Estados Unidos sobre diversos incidentes, tanto con el 737 MAX como con otros modelos, han llevado a Boeing casi al borde del precipicio
Tanto es así que al poco de comenzar la huelga, Boeing anunció la reducción de todos los gastos extraordinarios, con la reducción de salarios empezando por la cúpula que encabeza el CEO, Kelly Ortberg, que se ha encontrado con una situación difícilmente fácil de encarrilar. Además, la compañía anunciaba también el recorte de 17.000 empleos para hacer frente a las consecuencias de la huelga. Y habrá que esperar a cómo se refleja todo ello en los resultados de la compañía que no se auguran muy positivos.
Asimismo, y para frenar la sangría, Boeing ha recurrido a intentar recaudar hasta 25.000 millones de dólares mediante ofertas de acciones y deuda, así como un acuerdo de crédito de otros 10.000 millones.
Los daños colaterales de la huelga
No solo las arcas de Boeing se van a ver mermadas por las consecuencias de la huelga. Varias aerolíneas ya han tenido que modificar parte de sus planes, entre otras Ryanair y British Airways, por los retrasos en los que está incurriendo Boeing. Además, varios proveedores, cuando la huelga solo llevaba en curso 15 días, ya preveían el peor de los escenarios con recortes de personal.
Algo que ya ha tenido que llevar a cabo Spirit Aerosystems, con la suspensión de empleo de 21 días para 700 trabajadores de los programas 767 y 777 de Boeing, además de introducir medidas para la reducción de costes.
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