Los principales turoperadores británicos han vuelto a pedir a los hoteleros de la Costa Blanca que congelen los precios para el verano de 2004. Los buenos resultados obtenidos durante julio y agosto, con ocupaciones superiores al 90% en Benidorm y al 80% en Alicante, no han servido para rebajar las presiones que los mayoristas repiten desde hace tres años. Las empresas que suministran la principal fuente de clientes a los hoteleros de la provincia como el mayorista TUI vuelven a esgrimir el argumento de la congelación de precios para poder atraer turistas a la Costa Blanca frente a la competencia de otros destinos.
Los principales turoperadores británicos han vuelto a pedir a los hoteleros de la Costa Blanca que congelen los precios para el verano de 2004. Los buenos resultados obtenidos durante julio y agosto, con ocupaciones superiores al 90% en Benidorm y al 80% en Alicante, no han servido para rebajar las presiones que los mayoristas repiten desde hace tres años. Las empresas que suministran la principal fuente de clientes a los hoteleros de la provincia como el mayorista TUI vuelven a esgrimir el argumento de la congelación de precios para poder atraer turistas a la Costa Blanca frente a la competencia de otros destinos.
Las negociaciones han vuelto a poner sobre la mesa el exceso de oferta por el incremento de plazas, no sólo en la provincia sino en los otros puntos turísticos del litoral mediterráneo y las islas. Pero los hoteleros se resisten a «bloquear» las tarifas un año más teniendo en cuenta que este verano los resultados son óptimos. «No se puede mantener la calidad y hacer esfuerzos año tras año con las congelaciones de precios», esgrime el presidente de la cadena Servigroup, José María Caballé. Como él, otros empresarios argumentan que situar la planta hotelera en los niveles en los que está actualmente conlleva altos costes. A punto de ultimar las negociaciones, los mayoristas pretenden dar un vuelco a la tendencia de reservar las vacaciones a última hora. Este hábito, acentuado en los últimos años por el incremento de plazas y las ofertas de última hora, ha dañado la situación financiera de los grandes tour operadores al ver reducido su «cash flow», es decir, su liquidez inmediata. Para invertir la situación, las agencias están introduciendo mecanismos para primar a los clientes que reservan con tres y cuatro meses de antelación. «Es lo mismo que están haciendo El Corte Inglés y otras agencias que aplican descuentos del 8% si se compran las vacaciones en determinadas fechas», explica un hotelero de Benidorm. En el argot del sector se denomina «early booking» a las ventas tempranas que permiten hacer mejores estimaciones de ocupación y tranquilizar a los hoteleros. Algo que no ha ocurrido este año. En los meses de mayo y junio los empresarios temían caídas turísticas considerables en la temporada alta por la falta de reservas. La incertidumbre se fue disipando a medida que se acercaba julio y agosto, dos meses en los que finalmente se han superado las cifras de 2003. (A.V., diario Información, 02/09/03)
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