A pesar de que el turismo ha sido un motor económico esencial para España durante los últimos 75 años, atrayendo a millones de visitantes anualmente y generando ingresos significativos, también conlleva impactos sociales que afectan a las comunidades locales, y que se están evaluando de cara a la búsqueda de soluciones. Porque la sostenibilidad turística, base del nuevo concepto de ‘éxito turístico’, no solo abarca aspectos medioambientales y económicos, sino también el bienestar social de los residentes
La secretaria de Estado de Turismo, Rosario Sánchez, lo explicó muy claro en el III Ágora de Turismo Sostenible, organi- zada por Green & Human y Hosteltur: “Este liderazgo hace que en determinados lugares la presión de los turistas sea más intensa” y en estos enclaves “son más visibles las externalidades”. Y, como consecuencia de ello, los residentes de los territorios afectados nos dicen ‘yo quiero participar de esta gobernanza’, en la elaboración de las políticas públicas”.
La política turística debe apuntar “no a maximizar el beneficio, sino el bienestar social”, ha detallado la secretaria de Estado de Turismo. “El bienestar del residente es irrenunciable”, ha remarcado. “Queremos que el turismo produzca regeneración en los territorios, que preserve sus costumbres, que redistribuya la riqueza, ha detallado Sánchez, respecto a los valores sobre los cuales se sustenta el nuevo concepto de éxito turístico.
Como contrapunto, en los últimos años, diversas ciudades españolas han experimentado un crecimiento exponencial del turismo, lo que ha generado tensiones con la población local
Por ejemplo,en Barcelona, la proliferación de alojamientos turísticos ha elevado los precios de la vivienda, dificultando el acceso para los residentes y provocando protestas contra el turismo masivo. La situación en Canarias y Baleares refleja desafíos similares. En Mallorca, la saturación turística ha llevado a manifestaciones de miles de personas que exigen medidas para controlar el flujo de visitantes y proteger el bienestar de la comunidad local.
Ante estos desafíos, instituciones públicas y privadas han comenzado a implementar estrategias para equilibrar el desarrollo turístico con la calidad de vida de los residentes. Por ejemplo, el Ayuntamiento de Málaga ha prohibido la apertura de nuevas viviendas turísticas en 43 barrios para controlar la saturación y preservar el tejido social. Además, empresas del sector están adoptando prácticas más sostenibles. Cadenas hoteleras españolas han implementado iniciativas que fomentan el bienestar social y el respeto entre culturas, colaborando con comunidades locales para apoyar a colectivos vulnerables y promover la educación.
Más informaciones relacionadas con turismo:
- Los destinos más buscados por viajeros de todo el mundo para 2025
- Venecia recuperará la tasa turística en 2025 y subirá el precio a 10 euros
- Atasco gigante de 100.000 turistas en la Gran Muralla China
- Bali pone en marcha una moratoria hotelera que podría durar 10 años
Por tanto, una conclusión posible es que están cohabitando dos conceptos de éxito turístico, el viejo y el moderno. Porque las cifras cantan, en 30 años se ha pasado de los 32,9 millones de turistas internacionales recibidos en 1995 (según Frontur) a los 64,9 millones de 2014 y, de ahí a los 93,8 millones de 2024. Esto supone que se tardó 20 años en doblar la primera cifra y solo los 10 últimos en triplicarla. Por tanto, el concepto de turismo de masas no se ha abandonado, sino que coge fuerza. Al mismo tiempo, se abren camino la sostenibilidad, la calidad y la experiencia de viajero; en lo que supone una dualidad muy contradictoria, de hecho antagónica. Habrá que resolverlo.
Para comentar, así como para ver ciertos contenidos de Hosteltur, inicia sesión o crea tu cuenta
Inicia sesiónEsta noticia no tiene comentarios.