Ni Berlín ni Roma: Capitales Europeas de la Cultura en 2025, ¿cuáles son?

40 años de Capitales Europeas de la Cultura

Publicada 16/02/25
Ni Berlín ni Roma: Capitales Europeas de la Cultura en 2025, ¿cuáles son?

Cada año, el título de Capital Europea de la Cultura se convierte en un faro que ilumina el patrimonio, la innovación y la diversidad de las ciudades europeas. Este reconocimiento no solo es un honor codiciado, sino también una plataforma única para que las urbes seleccionadas muestren al mundo su riqueza cultural a través de festivales, exposiciones y proyectos artísticos de vanguardia. En 2025, este prestigioso galardón celebrará su 40º aniversario, y dos ciudades han sido elegidas para llevar la antorcha de la cultura europea: Chemnitz, en Alemania, y Nova Gorica-Gorizia, una ciudad transfronteriza situada entre Eslovenia e Italia.

La Capital Europea de la Cultura es una de las iniciativas más emblemáticas de la Unión Europea, creada en 1985 por iniciativa de la entonces ministra de Cultura de Grecia, Melina Mercouri. Su objetivo principal es celebrar la riqueza y diversidad cultural del continente, al tiempo que fomenta el diálogo y el entendimiento entre los ciudadanos europeos.

En sus primeros años, desde 1985 hasta 1999, esta iniciativa no formaba parte de las acciones oficiales de la Unión Europea (UE), sino que se gestionaba a través de un proceso intergubernamental.

Sin embargo, un estudio realizado en 2004 puso de relieve el impacto positivo de la iniciativa, destacando su capacidad para generar repercusión mediática, impulsar el turismo, promover el desarrollo cultural y fortalecer el orgullo de los habitantes de las ciudades elegidas.

Hasta ese momento, las ciudades eran designadas por los gobiernos de los Estados miembros en el Consejo de Ministros de la UE, sin criterios claros ni la participación de expertos independientes. Pero, al reconocer su potencial como motor de desarrollo local y regional, la Comisión Europea decidió dar un paso adelante.

En 1999, la iniciativa se convirtió en una acción oficial de la UE mediante la Decisión 1419/1999/CE, que estableció un nuevo procedimiento de selección con criterios bien definidos y una lista cronológica de países participantes.

Más tarde, en 2006, las normas se actualizaron con la Decisión 1622/2006/CE, vigente hasta 2019, con el objetivo de hacer el proceso más eficiente, transparente y representativo de los valores europeos. Los nuevos criterios se centraron en tres pilares fundamentales: la dimensión europea de los proyectos, la implicación de la ciudad y sus ciudadanos, y la sostenibilidad del evento a largo plazo. Con esta decisión, la Capital Europea de la Cultura ha logrado mantenerse como una iniciativa dinámica y relevante, consolidándose como un referente cultural en Europa.

¿Qué significa ser Capital Europea de la Cultura?

Cada año, una o más ciudades son seleccionadas para ostentar este título, lo que les permite mostrar su patrimonio cultural, impulsar el turismo y organizar programas innovadores que involucren a la comunidad local y atraigan visitantes internacionales.

La iniciativa Capital Europea de la Cultura tiene como propósito principal salvaguardar y fomentar la diversidad cultural en Europa, destacando al mismo tiempo los rasgos comunes que unen a las distintas culturas del continente. Además, busca fortalecer el sentido de pertenencia de los ciudadanos a un espacio cultural compartido y promover el papel de la cultura como motor de desarrollo sostenible en las ciudades, en línea con sus estrategias y prioridades específicas.

Las Capitales Europeas de la Cultura en 2025

En 2025, las elegidas son Chemnitz (Alemania), con su lema "C the unseen", y la ciudad transfronteriza Nova Gorica-Gorizia (Eslovenia-Italia), que promueve la unión bajo el lema "GO! Borderless". Ambas ofrecerán cientos de actividades para celebrar el 40º aniversario de este prestigioso título.

Chemnitz, la ciudad alemana que mira al futuro con ojos de Marx

Chemnitz, la ciudad que renace desde su legado industrial y cultural, ubicada en el este de Alemania y cercana a ciudades como Leipzig y Dresde, ha sido elegida como una de las Capitales Europeas de la Cultura 2025, un título que celebra su rica historia y su vibrante transformación.

Conocida durante gran parte del siglo XX como Karl-Marx-Stadt en honor al filósofo, la ciudad alberga uno de los bustos más grandes del mundo dedicados a Marx, una imponente escultura de más de siete metros de altura y 40 toneladas de peso, que se ha convertido en un símbolo de su identidad.

Monumento a Karl Marx en Chemnitz (Alemania)
Monumento a Karl Marx en Chemnitz (Alemania) Fuente: Adobe Stock

La historia de Chemnitz se remonta al siglo XII, cuando surgió como un importante centro comercial y textil. Su rápido desarrollo industrial en el siglo XIX la posicionó como un referente económico, aunque la Segunda Guerra Mundial dejó el 80% de la ciudad en ruinas. Durante la era de la República Democrática Alemana (RDA), fue renombrada como Karl-Marx-Stadt, un nombre que mantuvo hasta la reunificación alemana en 1990, cuando sus habitantes decidieron recuperar su nombre original.

Actualmente, Chemnitz es la tercera ciudad más grande de Sajonia y un ejemplo de resiliencia y renovación. Bajo el lema "C the unseen", la ciudad se prepara para mostrar su lado más innovador durante su año como Capital Europea de la Cultura, con más de 200 proyectos y 1.000 actividades programadas.

Entre sus atractivos destacan el Museo de Industrias, que rinde homenaje a su pasado industrial; el Castillo de Klaffenbach, una joya renacentista que alberga eventos culturales; y el Parque del Palacio, un espacio verde ideal para el esparcimiento.

Castillo de Klaffenbach en Chemnitz (Alemania)
Castillo de Klaffenbach en Chemnitz (Alemania) Fuente: Adobe Stock

Nova Gorica-Gorizia: la ciudad dividida por la historia y unida por la cultura

En 2025, la Capital Europea de la Cultura tendrá una peculiaridad única: estará representada por dos ciudades en lugar de una. Nova Gorica, en Eslovenia, y Gorizia, en Italia, comparten una historia de división y reencuentro que las ha convertido en un símbolo de unidad europea.

Su candidatura conjunta, bajo el lema "GO! Borderless", refleja un pasado marcado por fronteras políticas y una actualidad en la que la cooperación transfronteriza es clave.

Nova Gorica y Gorizia, vista aérea
Nova Gorica y Gorizia, vista aérea Fuente: Gruppo Europeo di Cooperazione Territoriale / Evropsko Združenje za Teritorialno Sodelovanje

Gorizia, la más antigua de las dos, se desarrolló en la Edad Media y creció como un importante centro cultural y comercial del Imperio Austrohúngaro. Su ubicación estratégica hizo que en ella confluyeran influencias italianas, eslavas y germánicas. Sin embargo, tras la Segunda Guerra Mundial, la nueva frontera entre Italia y la entonces Yugoslavia dividió la ciudad, lo que llevó a la construcción de Nova Gorica en 1947, una ciudad moderna diseñada como símbolo del progreso yugoslavo.

A pesar de décadas de separación, los lazos entre ambas ciudades se han mantenido y, con la entrada de Eslovenia en la Unión Europea en 2004, la frontera dejó de ser un obstáculo.

En la actualidad, Nova Gorica y Gorizia son un ejemplo de integración, con proyectos comunes en cultura, turismo y urbanismo. Lugares como la Plaza Transalpina, que antes marcaba la división entre ambos países, ahora son símbolos de una Europa sin barreras. Además, su patrimonio compartido, con el Castillo de Gorizia, el Monasterio Kostanjevica y el Museo Provincial de Gorizia, las convierte en un destino donde historia y modernidad se encuentran.

Plaza Transalpina (Piazza Transalpina) Fuente: Gruppo Europeo di Cooperazione Territoriale / Evropsko Združenje za Teritorialno Sodelovanje / Schirra Giraldi

España, ¿futura Capital Europea de la Cultura en 2031?

España ha sido un referente cultural en Europa gracias a varias de sus ciudades que han sido designadas como Capital Europea de la Cultura.

Desde Madrid en 1992, pasando por Santiago de Compostela en 2000, Salamanca en 2002 y, más recientemente, San Sebastián en 2016, el país ha demostrado su riqueza y diversidad cultural. Este título no solo reconoce el patrimonio y la vitalidad cultural de las ciudades, sino que también impulsa su proyección internacional y su desarrollo turístico y económico.

Ahora, el foco está puesto en 2031, cuando España volverá a ser sede de este prestigioso título. Siete ciudades españolas compiten por el reconocimiento: Oviedo, Las Palmas de Gran Canaria, Cáceres, Granada, Jerez de la Frontera, Burgos y Toledo. Cada una de ellas presenta una propuesta única, combinando historia, tradición y modernidad, para convertirse en el epicentro cultural de Europa durante ese año.

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