El cierre de la temporada turística en la Playa de Palma, el principal activo turístico de Baleares con aproximadamente 40.000 camas, se adelantará en quince días respecto al año pasado. Más de 5.000 plazas hoteleras de la Playa de Palma cerrarán sus puertas en la primera semana de octubre ante la falta de ocupación.
El cierre de la temporada turística en la Playa de Palma, el principal activo turístico de Baleares con aproximadamente 40.000 camas, se adelantará en quince días respecto al año pasado. Más de 5.000 plazas hoteleras de la Playa de Palma cerrarán sus puertas en la primera semana de octubre ante la falta de ocupación. Serán en su gran mayoría establecimientos ubicados en segunda y tercera línea del Arenal y Can Pastilla, que ante la falta de turistas han comenzado ya a programar las vacaciones del personal en la segunda quincena de septiembre y primeros días de octubre. Después de una primera quincena de septiembre más que aceptable, con una ocupación media de en torno al 80%, según los datos que ayer se barajaban en la asociación hotelera de Playa de Palma, las perspectivas para lo que resta de mes son realmente malas, de menos del 60% de ocupación. De esta forma, los hoteleros del Arenal vuelven a repetir los malos resultados que ya tuvieron en el arranque de la presente temporada con unos meses de mayo y junio para olvidar. Sólo los buenos datos de julio y agosto, sin ofertas en el caso del mes pasado, y de esta primera quincena de septiembre, han arreglado un poco las cuentas de resultados, negativa en la mayoría de los casos. «La última semana de septiembre la ocupación comienza a bajar a plomo», subraya de manera gráfica, Jordi Cabrer, presidente de los empresarios turísticos de la zona, que añade que «en esa semana de 200 turistas que puedes tener un día, al día siguiente te quedan 125, y al otro, apenas 80». A estos malos augurios de actividad se une la generalización de la fórmula de contratación que han tenido que activar los empresarios turísticos en la presente temporada para animar los índices de ocupación, con ofertas generalizadas y precios a la baja, un hecho generalizado en estos momentos. Ante cualquier contracción del mercado, los empresarios deciden no arriesgar más y cerrar las puertas de sus establecimientos, antes de fecha. «Si no hay reservas y la contratación con ofertas no se anima, es lógico que no se quiera arriesgar», afirma Jordi Cabrer. A partir del 12 de octubre cuando se pone fin oficioso a la temporada turística, Cabrer avanza que el goteo de cierres será continuado, lo que incrementa la incertidumbre de muchos empresarios ante una temporada donde el balance económico ha sido más bien pobre. Por contra parece que las perspectivas de trabajo para los meses de otoño invierno, e incluso comienzos del próximo año, son bastante positivas. Más de 25 hoteles con un total de 7.000 plazas abrirán sus puertas para recibir a los turistas del Imserso que este año podrán hacer más de un viaje a Mallorca en caso de que haya plazas vacantes. Una novedad respecto a las temporadas precedentes que no permitían repetir destino aunque no existiese demanda. Aunque aún es pronto para hacer predicciones y vaticinios sobre cómo irá la temporada invernal, el portavoz de la asociación hotelera de la Playa de Palma, avanza que parece ser que «este año habrá más plazas en el mercado, lo que nos permite ser un poco optimistas». Por otro lado, los hoteleros de la zona tienen previsto solicitar a las tres administraciones competentes, la puesta en marcha en la primera semana de octubre de las obras del Plan de Excelencia Turística cuyas obras de infraestructuras, valoradas en casi 5 millones de euros llevan más de un año de retraso. Los empresarios consideran imprescindible ponerse manos a la obra lo más pronto posible, «antes incluso de que acabe la temporada», advierte el propio Cabrer. El plazo de las obras incluidas en este plan concluye el próximo 2005. No hay datos oficiales pero sí una constatación generalizada entre los empresarios turísticos de la Playa de Palma a la hora de hacer balance de la temporada: menos ingresos, pero más turistas que el pasado año. Como resume el hotelero Jordi Cabrer, «hemos tenido que vender más camas que el año pasado para los mismos ingresos». Peor situación se da entre los empresarios de la oferta complementaria, sobre todo bares, cafeterías, restaurantes y comercios, cuyo balance de resultados siempre están en correlación con el poder adquisitivo del turista. Las ofertas a la baja de los hoteleros no han ayudado en este caso a equilibrar balance y todo apunta que el final de temporada será desolador en este caso. Las pérdidas son generalizadas y el balance hasta el mes de septiembre era de un 50% menos de negocio que el pasado año. (I.R., diario El Mundo-El Día de Baleares, 15/09/03)
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