La intensa campaña publicitaria lanzada por Baleares y Canarias para captar turismo nacional este verano de cara a paliar la crisis del mercado alemán y la nula capacidad de reacción de la Agencia Valenciana de Turismo ha terminado por pasar factura al sector hotelero, que cerrará la temporada alta el próximo día 30 con una caída de 15 puntos en el nivel de pernoctaciones, según un primer balance de la patronal. Los hoteles salvarán la temporada gracias al crecimiento sostenido del turismo inglés y a la más que moderación de los precios, pero el sector mira con recelo a medio plazo dado que los españoles han sido siempre el refugio al que acudir en los momentos de crisis y ahora fallan en pleno período de bonanza.
La intensa campaña publicitaria lanzada por Baleares y Canarias para captar turismo nacional este verano de cara a paliar la crisis del mercado alemán y la nula capacidad de reacción de la Agencia Valenciana de Turismo ha terminado por pasar factura al sector hotelero, que cerrará la temporada alta el próximo día 30 con una caída de 15 puntos en el nivel de pernoctaciones, según un primer balance de la patronal. Los hoteles salvarán la temporada gracias al crecimiento sostenido del turismo inglés y a la más que moderación de los precios, pero el sector mira con recelo a medio plazo dado que los españoles han sido siempre el refugio al que acudir en los momentos de crisis y ahora fallan en pleno período de bonanza.
La Agencia Valenciana de Turismo, consciente del descenso a pesar de que su responsable, Matías Pérez Such, insista en que la temporada hay que valorarla el 31 de diciembre, ha decidido lanzar una macrocampaña de promoción la próxima primavera para tratar de influir al máximo en la toma de decisión de las vacaciones de los españoles en el verano de 2004. Los hoteles de la Costa Blanca se han encontrado este verano con que los españoles, los principales clientes durante julio, agosto y septiembre, han optado por veranear en las islas lo que, unido al cada vez mayor peso de la segunda residencia, ha hecho que la ocupación se haya resentido entre un doce y un quince por ciento según los establecimientos. Descenso que en un escenario normal hubiera representado una recesión en toda regla pero que en las circunstancias actuales -los ingleses representan el 30% de la ocupación- se ha quedado en un toque de atención «muy a tener en cuenta porque la dependencia del turismo británico provoca que cualquier crisis en el Reino Unido acarree consecuencias impredecibles para el sector turístico provincial, ya que hoy por hoy no tenemos mercados alternativos», apuntaron ayer fuentes de las dos asociaciones hoteleras de la Costa Blanca. En este sentido, recordar el temor que ya expresó en junio uno de los responsables de la patronal, Vicente Marhuenda, presidente de la Asociación Provincial de Hoteles de Alicante, cuando avanzó que Baleares y Canarias podrían absorber mercado nacional, al quedarse sin los alemanes. Sus recelos se han confirmado. Las elecciones primero y el «día después» más tarde, dejaron sin reflejos tanto a la Agencia Valenciana de Turismo y Patronato Provincial, que se olvidaron de la tradicional campaña de promoción en España, saldándola con un par de anuncios en la televisión. Al final se han pagado las consecuencias, a pesar de que hubo hoteles de la Costa Blanca que en pleno agosto ofrecían la pensión completa a 28 euros, casi tres veces por debajo de la tarifa habitual en este mes. Al fallar los españoles también se ha resentido la facturación de la hostelería en general y del comercio, debido a que el turismo nacional es el que más gastos extra realiza. (F.J.B., diario Información, 16/09/03)
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