La pérdida de clientela nacional y el mayor peso del mercado británico se traducen en menores ingresos para los hoteles y en la oferta complementaria. La provincia ha recibido este verano menos italianos y alemanes que en 2003.
La pérdida de clientela nacional y el mayor peso del mercado británico se traducen en menores ingresos para los hoteles y en la oferta complementaria. La provincia ha recibido este verano menos italianos y alemanes que en 2003.
«Es la primera vez que veo comer bocadillos en una plaza de Puerto Banús». La observación proviene de una profesional del turismo de Marbella, pero podría ser de cualquier observador atento. El mes de agosto se ha cerrado con un descenso del gasto que los hosteleros cifran en un 15 a un 20 por ciento, según los datos facilitados por el presidente de la AHEMA, Rafael Prados. Mientras Turismo Andaluz ultima las conclusiones de un sondeo realizado sobre la que ha sido la principal nota discordante del balance positivo del verano, el gerente de este organismo, Federico Miró, sí confirma que es la primera temporada alta en la que se deja notar, sobre todo en la oferta complementaria, que los turistas vienen con menos recursos y que, por tanto, los porcentajes de gasto caen. «Hasta ahora siempre habían ido en aumento, aunque últimamente el crecimiento era pequeño, pero nunca se había registrado un descenso», explica Miró. «Hemos servido muchos menús y también han sido frecuentes los visitantes que han despachado el almuerzo con unas tapas en la barra, pero tapitas ni siquiera raciones», explica Prados. Mucho menos dinero en los bolsillos y muchos más cálculos que hacer a la hora de destinarlo. Alberto Rivera pasea por las inmediaciones de la Catedral y se sorprende del buen tiempo que hace, claro que él viene de Galicia. La primera reflexión es que hay sitios en los que los precios son algo abusivos y pone de ejemplo que días atrás en Marbella le pidieron en un kiosco 3 euros por un botellín de agua. Después, matiza que no es así en toda la Costa, pero que en cualquier caso para estas vacaciones su presupuesto es inferior al de veranos atrás «porque llega un momento en que por más que estires el dinero no da más de sí». Él y su pareja rondan la media de gasto en comida aportada por AHEMA, entre 15 y 20 euros. Los hoteles también se han resentido por la pérdida de clientela nacional y el mayor peso del mercado británico, que paga menos por reserva al ser los paquetes turísticos más baratos, así como ha acusado los efectos de la bajada de turistas italianos y alemanes, visitantes más alegres a la hora de consumir. (P.M., diario Sur, 22/09/03)
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