El empresario barcelonés Joan Alcaraz Pons se ha convertido en el primer turista español que viaja a la estratosfera, a bordo de un Mig-25, una experiencia que le ha llevado a 25.000 metros de altura sobre el nivel del mar, el equivalente a tres veces el monte Everest, el techo del mundo.
El empresario barcelonés Joan Alcaraz Pons se ha convertido en el primer turista español que viaja a la estratosfera, a bordo de un Mig-25, una experiencia que le ha llevado a 25.000 metros de altura sobre el nivel del mar, el equivalente a tres veces el monte Everest, el techo del mundo.
El viaje, patrocinado por la marca de higiene bucal Licor del Polo, tuvo lugar el pasado 19 de septiembre a bordo del avión de combate más rápido y de más alto vuelo del mundo, con el que Alcaraz voló a casi tres veces la velocidad del sonido. El avión despegó de una base aérea moscovita cercana al centro espacial Yuri Gagarin, donde el ocasional turista espacial pudo ver el centro de entrenamiento de astronautas. La aventura, que incluía además una estancia de cuatro días en Moscú, ha sido organizada por Yeti Club, agencia creadora y productora de experiencias corporativas. Alex Rafat, de Yeti Club, ha explicado que el Mig-25 es "un avión impresionante, con 22 metros de largo y 6 de altura, que despega a una velocidad de 300 kilómetros por hora y mantiene una velocidad de vuelo de 900 kilómetros por hora". Joan Alcaraz, consejero de la cadena catalana de establecimientos de Droguería y Perfumería Unidroco, cliente ganador del sorteo que realizó en su día Licor del Polo, ha confesado hoy en conferencia de prensa que "la experiencia es inimaginable hasta que no estás sentado en el Mig-25" y ha calificado el vuelo de "continua sensación". El turista español, que fue sometido a un reconocimiento médico previo a su aventura, ha comentado que "desde el despegue vertiginoso, que te deja prácticamente clavado en la silla, hasta el momento en que asciendes de los 15.000 a los 25.000 metros de altitud, los "subidones" de adrenalina son constantes". Alcaraz ha señalado que "yo pensaba que al traspasar la barrera del sonido los ruidos serían algo normal, pero llega un momento en que hay un silencio absoluto, sobrecogedor". El momento "más peliagudo" del viaje, ha reconocido Alcaraz, se produjo en el momento en que el Mig asciende desde 15.000 a 25.000 metros, "cuando el avión sube prácticamente vertical, e incluso un poco inclinado hacia atrás". También le impresionó el despegue y el aterrizaje, "nada que ver con un vuelo comercial". Las imágenes no pueden ser más bellas, según los comentarios del propio protagonista: "Hay un cielo precioso, como no se puede ver desde la Tierra" y menciona especialmente "la belleza de observar desde la estratosfera la oscuridad del espacio y la curvatura del planeta Tierra". Yeti Club ha seguido los pasos de una empresa proveedora de acceso a Internet que lanzó hace dos años en Argentina una promoción que prometía llevar a "un argentino a la estratosfera", siguiendo la misma filosofía del pionero del turismo espacial, el estadounidense Dennis Tito, pero sin llegar tan lejos. Alcaraz ha asegurado que "espero alguna vez poder contar esta experiencia única en mi vida a mis nietos, que espero tener, pues tengo cuatro hijas".
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