Fotonoticia: limpiando Machu Picchu con un cepillo de dientes
Publicada 12/09/14
La antigua ciudadela inca de Machu Picchu, en Perú, recibe cada año cerca de 630.000 turistas y está catalogada como Patrimonio de la Humanidad desde 1983. Además ha sido declarada como una de las nuevas siete maravillas del mundo moderno. ¿Cómo mantener el delicado equilibrio entre la actividad turística y la preservación de este monumento para las generaciones futuras?
Para empezar, Machu Picchu tiene fijados unos "numerus clausus" o cifra máxima de visitantes que puede recibir cada día. En este sentido, el Ministerio de Cultura de Perú ha habilitado un sistema de reservas online para facilitar la tarea de los operadores turísticos.
Además, a la zona sólo se se puede acceder por los antiguos caminos incas (una excursión de tres días) o por tren (tres horas desde Cuzco, aunque luego es necesario ascender la cuesta del cerro Machu Picchu). El pago de entrada es obligatorio en ambos casos. Ver también Inca Rail y Andean Railways se fusionan para operar la ruta hacia Machu Picchu.
"La ausencia de una carretera directa al santuario de Machu Picchu es intencional y permite controlar el flujo de visitantes a la zona, que, dado su carácter de reserva nacional, es particularmente sensible a las muchedumbres", explica la Wikipedia.
Todas las precaucaciones son pocas para preservar estas ruinas históricas construidas a mediados del siglo XV a casi 2.500 metros de altitud.
Como muestra de estos esfuerzos vemos la siguiente fotografía que fue tomada el pasado 4 de septiembre en Machu Picchu. En la imagen vemos cómo un trabajador del centro histórico utiliza un cepillo de dientes para llevar a cabo con la máxima delicadeza posible las tareas de limpieza y restauración de los muros.
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