A pesar de las malas previsiones turísticas para la temporada 2003, las numerosas ofertas de viajes realizadas propiciaron que la ocupación hotelera en Eivissa y Formentera sufriera finalmente una caída más leve de la esperada.
A pesar de las malas previsiones turísticas para la temporada 2003, las numerosas ofertas de viajes realizadas propiciaron que la ocupación hotelera en Eivissa y Formentera sufriera finalmente una caída más leve de la esperada.
El balance realizado por la Federación hotelera pitiusa de los meses comprendidos entre mayo y octubre habla de una media de ocupación de un 72%, cuando hace un año el porcentaje se situaba algo más de un punto por arriba (73,19%). Las pérdidas de afluencia turística fueron similares en las dos islas: Eivissa registró en 2003 una ocupación media de un 71,9% cuando en 2002 lo era de un 73%, mientras que en Formentera los porcentajes fueron de un 73,23% y un 74,88% respectivamente. Por municipios, el descenso de visitantes se acentuó en los municipios de Sant Josep (62,66% este año y 68,37% en 2002), Eivissa (73,59% en 2003 y 77% el año pasado) y Santa Eulària (72,76% y 75,16% respectivamente), propiciado principalmente por la notable caída del mercado alemán durante esta temporada. El presidente de la Federación hotelera, Pedro Matutes, consideró ayer la importancia de las ofertas realizadas durante la recién concluida temporada para frenar una caída en la ocupación que podría haber resultado mucho más escandalosa. «El descenso ha sido moderado debido a todas las ofertas que se han realizado. La caída entre el año 2001 y el 2002 fue mayor y parece ser que la gente se ha querido curar en salud y ha ajustado los precios con el objetivo de evitar un descenso que podría haber sido mucho mayor», señaló el empresario ibicenco. La encuesta de ocupación facilitada por la Federación hotelera deja patente una tendencia, cada vez más evidente, a la estacionalización de la temporada turística en tan sólo tres o cuatro meses del año. Así, se pueden observar varios picos de afluencia turística en los meses de julio y agosto, que registraron una tasa media de ocupación de un 83,51% y un 94,26% respectivamente. Mientras tanto, los meses de inicio y finalización de la temporada, como mayo y octubre, tuvieron que conformarse con tasas de ocupación de un 52,72% y y un 45,4% respectivamente, que en 2002 fueron de 55,66% y 46,88%. (E.L., diario El Mundo-El Día de Baleares, 14/11/03)
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