El vicesecretario de Estado norteamericano para Asuntos de Transportes, John Byerly, afirmó ayer que no descarta que la negociación entre la Unión Europea y los Estados Unidos para crear un espacio aéreo común liberalizado concluya en el año 2004, aunque se mostró muy cauto y dijo que no podía prometerlo.
El vicesecretario de Estado norteamericano para Asuntos de Transportes, John Byerly, afirmó ayer que no descarta que la negociación entre la Unión Europea y los Estados Unidos para crear un espacio aéreo común liberalizado concluya en el año 2004, aunque se mostró muy cauto y dijo que no podía prometerlo.
Byerly hizo la declaración en una videoconferencia celebrada entre Washington y la Embajada de los Estados Unidos en Madrid, apenas cuatro días después del término en Bruselas de la segunda ronda de negociaciones sobre el asunto. "No tenemos un plazo fijo para completar las negociaciones. Es muy difícil después de tan sólo dos rondas, decir con certeza que terminaremos en una fecha determinada", aseguró Byerly, jefe de la delegación norteamericana en las conversaciones. Byerly, que señaló que la próxima ronda será en Washington en la segunda mitad de febrero, comentó que a Estados Unidos le interesa llegar a ese acuerdo "antes mejor que después" y aseguró que las negociaciones son respaldadas por la Administración, las compañías aéreas, los sindicatos y los consumidores. "Me gustaría destacar que estamos ante un buen comienzo y que trabajaremos tan duro como sea posible para alcanzar un acuerdo antes mejor que después", explicó antes de añadir: "No descarto la posibilidad de que conseguirlo en el 2004, pero no puedo prometerlo". Byerly señaló que las dos partes buscan "un acuerdo orientado al mercado, que deje en manos de las compañías aéreas las decisiones fundamentales sobre los vuelos, los precios, desde y hacia dónde vuelan", entre otros asuntos. Según Byerly, tanto Washington como la Comisión Europea creen que una mayor competitividad es el camino para desbloquear beneficios adicionales: "los viajeros dispondrán de mejor elección y mejores servicios, ya sean turistas o empresarios o compañías de paquetería". El funcionario estadounidense reconoció, sin embargo, que existen puntos de salida diferentes, pero resaltó que el objetivo de las negociaciones es "terminar en el mismo destino". Byerly informó de que para la próxima ronda en Washington se preparará ya "un texto de trabajo consolidado", que plasmará los puntos de acuerdo y los que tienen que trabajarse aún más. Uno de las diferencias es respecto a la propiedad de las compañías aéreas, ya que las leyes estadounidenses sólo permiten que el 25 por ciento esté en manos de capital extranjero, mientras que en la UE ese tope se eleva hasta el 49 por ciento. En ese sentido, Byerly adelantó que Washington está dispuesto a estudiar posibles cambios al afirmar que si éstos son apropiados dentro de un paquete completo de arreglos, el Gobierno "irá al Congreso a buscar su aprobación". Otro punto de desacuerdo es el de los vuelos de cabotaje, es decir los interiores de Estados Unidos y de la UE. El objetivo europeo es una apertura total para que las compañías comunitarias puedan realizar trayectos internos en territorio estadounidense. El representante de EEUU no hizo hoy comentario alguno al respecto, pero en unas declaraciones en Bruselas tras el fin de la última ronda de negociaciones, reconoció que es una cuestión espinosa para EEUU por cuestiones de seguridad. Otro de los obstáculos es encontrar una fórmula para adaptar los acuerdos bilaterales ya existentes entre Estados Unidos y ocho países de la UE -todos excepto España, Reino Unido, Grecia e Irlanda.
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