Sol Meliá se lanza a la aventura china. La cadena hotelera española acaba de empezar la construcción de un hotel en Shanghai en el que ha invertido 200 millones de dólares. En el establecimiento, cuya inauguración está prevista a principios de 2006, trabajarán 800 empleados y tendrá categoría de cinco estrellas Gran Lujo con 700 habitaciones.
Sol Meliá se lanza a la aventura china. La cadena hotelera española acaba de empezar la construcción de un hotel en Shanghai en el que ha invertido 200 millones de dólares. En el establecimiento, cuya inauguración está prevista a principios de 2006, trabajarán 800 empleados y tendrá categoría de cinco estrellas Gran Lujo con 700 habitaciones.
El Gran Meliá Shanghai está ubicado en el epicentro futurista de la metrópoli más dinámica de China: el área de Pudong, que concentra el solar de la nueva sede del Banco de China y se ubicará la Exposición Universal de 2010. «Va a ser nuestro hotel emblema y se convertirá en uno de los diez mejores del mundo», proclamó ayer a EL MUNDO el presidente de Sol Meliá, Gabriel Escarrer, quien ha liderado las negociaciones con los dirigentes chinos que exigían para el solar del hotel de Sol Meliá un edificio singular. Por ello, el Gobierno del país comunista obligó a realizar un concurso internacional abierto para la adjudicación del proyecto. En el concurso se presentaron dos firmas chinas, una japonesa, otra cubana, una canadiense, una de Singapur y la cadena hotelera española. La apetencia empresarial en el proyecto hotelero es clara: en 2020 China se convertirá en el primer destino turístico mundial y en el cuarto mayor país emisor de turistas. El edificio tendrá 35 plantas, medirá un total de 140 metros de altura (20 metros más alto que la Torre Picasso de Madrid) y se construirá en un tiempo record de apenas un año con turnos de día y noche en el que trabajarán 1.800 personas. El arquitecto del edificio es Álvaro Sans, que cuenta con una amplia trayectoria en la arquitectura hotelera (ha ejecutado proyectos para Sol Meliá e Iberostar). «Está ubicado en la zona más moderna de Shanghai, en lo más vanguardista y refleja el sentir chino del nuevo milenio», subscribió Sans, quien relató que el complejo, heredero de la arquitectura de Frank Gehry, autor del Guggenheim de Bilbao, se hará con doble fachada y tendrá acero, cristal y granito. El hotel tendrá una clientela de un 70% de origen asiático. Gabriel Escarrer confió en que el establecimiento sea rentable inmediatamente desde su puesta en funcionamiento. Los hoteles de Shanghai manejan un 80% de ocupación media con tarifas de más de 200 dólares por habitación. «Vamos a aprovechar el momento. Allí hay que estar ahora, ¡ya! Dentro de cuatro o cinco años quizá será tarde», ratificó Escarrer, quien resaltó que la puesta en marcha de la operación suponía el estar «al mismo nivel que cadenas como Hyatt, Ritz o Four Seasons». Shanghai, capital financiera de China, de 16 millones de habitantes, tiene unos incrementos anuales del PIB superiores al 10%. Además, es la provincia china con un PIB más elevado per cápita que ronda los 4.500 dólares por persona. Así enfatizó el presidente de Sol Meliá el poder oriental: «A los chinos les falta la experiencia y profesionalidad, pero en cuanto la adquieran podemos echarnos a temblar porque son muy trabajadores y ofrecen gran productividad a precios bajos», precisó Escarrer. En Shanghai, según contó Alvaro Sans, hay un volumen de construcción de edificios superior al de todas las capitales europeas juntas (se hacen más de 6.000 edificios de más de 50 pisos). Escarrer ha viajado en tres ocasiones a Shanghai para negociar con las autoridades chinas. «Para ellos es muy importante el contacto directo y no quieren negociando a ningún segundón», destacó el presidente de Sol Meliá.
En otro orden de cosas, las autoridades de la aviación china estudian actualmente la posibilidad de abrir a la inversión privada el sector aéreo del país, dado su gran potencial de crecimiento, informó ayer la agencia de noticias Xinhua. La Administración General de la Aviación Civil de China (CAAC) prevé acelerar las reformas de la normativa que regula la presencia de capital chino en la industria de la aviación civil, según indicó el director general de este organismo, Yang Yuanyuan, en un encuentro de expertos en la materia. En ese sentido, Yang apuntó que el país podría flexibilizar las restricciones que se aplican a la hora de conceder licencias para la gestión de vuelos domésticos, estableciendo un sistema para revisar las cualificaciones que necesitan los operadores internacionales para acceder a ellas. Esta iniciativa se enmarcaría en las medidas adoptadas por el CAAC para lograr la apertura de la industria de la aviación civil y hacer frente a la creciente demanda y la cada vez más fuerte competencia que presentan las aerolíneas extranjeras, en el ámbito de los compromisos adquiridos para el ingreso del país en la OMC. (A.R., diario El Mundo-El Día de Baleares, 24/12/03)
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