Las empresas de aviación agrupadas en la Asociación Española de Compañías Aéreas (AECA) con sede en la capital balear, cerraron el ejercicio de 2003 con una facturación de 2.538 millones de euros, un 3 por ciento más que en el año anterior, confirmó a EFE el presidente de la patronal, Felipe Navío.
Las empresas de aviación agrupadas en la Asociación Española de Compañías Aéreas (AECA) con sede en la capital balear, cerraron el ejercicio de 2003 con una facturación de 2.538 millones de euros, un 3 por ciento más que en el año anterior, confirmó a EFE el presidente de la patronal, Felipe Navío.
AECA, de la que forman parte Air Europa, Spanair, LTE, Futura, Pullmantour Air, Hola Airlines, Binter e Iberworld, entre otras compañías aéreas, reúne a una flota de casi 200 aviones y da empleo a unas 8.000 personas en España. Navío explicó que el ejercicio 2002-2003 (las empresas de aviación cierran el año en el mes de octubre) había tenido "altibajos", pero que las compañías lograron equilibrar sus números tras el descenso de pasajeros por la caída de algunos mercados emisores de turismo, como Alemania, la epidemia asiática y la incertidumbre creada por la guerra en Irak. Dijo, asimismo, que las previsiones para este año "son buenas", teniendo en cuenta que el aumento previsto de los "slots" -franjas horarias- para operar en España solicitados por todas las compañías aéreas en la última reunión de la IATA en Singapur asciende al 7 por ciento, un 2 por ciento más que en 2003. "Al margen de aspectos puntuales que pueden hacer variar esas previsiones, al alza o a la baja, nuestra principal preocupación hoy por hoy es la nueva ley de extranjería, que incrementará nuestros extra costes de forma significativa", dijo el presidente de AECA. Añadió que la obligación de identificar a los inmigrantes y de controlar los cupos de los billetes de vuelta no empleados, dos de las exigencias que plantea la ley de extranjería a los transportistas, "se traducirá en un aumento de la carga de trabajo de los empleados de las compañías aéreas". "Nuestras empresas tendrán que aumentar sus recursos humanos y ello equivale a más personal y gastos, que serán asumidos por las compañías aéreas sin ninguna clase de contraprestaciones", explicó Navío. Precisó, en ese contexto, que la ley "debe desarrollar los reglamentos necesarios para que las compañías sepan a qué atenerse en cuanto a aquellas rutas 'calientes', que serán susceptibles de un mayor control y vigilancia por parte de las autoridades gubernativas". "No todos los destinos operados por nuestras empresas serán objeto de un control exhaustivo, por ello, esperamos conocer a la mayor brevedad posible los mecanismos de control que regirán en nuestros vuelos que transporten a inmigrantes", precisó Navío.
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