El turismo rural no logra poner orden en su oferta
La disparidad de los sistemas de clasificación dificulta la comercialización
Publicada 09/03/11- Ruralgest: "Los grandes grupos turísticos cada vez más se muestran interesados por esta oferta, pero necesitan herramientas y claridad"
El sector del turismo rural de España, formado por cerca de 14.300 alojamientos, aún no ha logrado poner orden en su oferta mediante un sistema de clasificación único, a pesar del gran crecimiento que ha registrado en los últimos años. Esto lastra la comercialización del producto.
Durante la última década, el turismo rural ha vivido un auténtico boom en España. Según las cifras recopiladas por el INE, en el año 2001 había en nuestro país cerca de 5.500 alojamientos, que ofrecían en total 43.000 plazas. Hoy en día, según la misma fuente estadística, la oferta llega hasta los 14.300 alojamientos, que suman unas 131.000 plazas.
Sin embargo, no todas las casas rurales son iguales. Las hay desde las más básicas y funcionales, hasta las más lujosas y con todo tipo de servicios. De ahí que las asociaciones del sector decidieran implantar un sistema de categorización, similar al de las estrellas de los hoteles, para orientar a los consumidores.
Así nació, en el año 2007, el sistema de clasificación por espigas impulsado por la Asociación Española de Turismo Rural (ASETUR), que establece cinco categorías. "Cinco espigas será sinónimo de excelencia y una espiga se traducirá en un servicio digno pero sin grandes lujos. Entre ambas cabe una inmensa oferta para todos los gustos", según explica esta entidad. El objetivo, pues, era simplificar los criterios de calidad y equipamiento.
ASETUR no inventó nada nuevo, sino que optó por un modelo de clasificación por espigas ya conocido y testado, que funciona desde hace décadas en Francia. "Lo que hicimos fue adaptar el modelo francés ya en funcionamiento, que se conoce en toda Europa", dice Jesús Marco, presidente de esta asociación.
Sin embargo, cuatro años después la situación es preocupante, según reconoce el presidente de ASETUR.
Por un lado, de las 4.000 casas integradas en esta asociación nacional de momento sólo se han podido clasificar 800 debido al coste de las auditorías, que verifican el nivel de los establecimientos periódicamente.
"Necesitamos una ayuda económica, que ya hemos solicitado como proyecto de desarrollo, a los ministerios de Medio Rural y de Industria", expone Marco. Los fondos permitirían disponer de un equipo de auditores, técnicos de formación, un archivo central, etc.
Dispersión normativa y de clasificaciones
Por otra parte, las Comunidades Autónomas podrían haber aportado fondos para implantar este sistema de clasificación en sus respectivos territorios, pero ocurre que "casi cada comunidad autónoma ha sacado su propio sistema de clasificación de turismo rural, con 2, 3 ó 4 niveles, lo que ha creado confusión entre nuestros clientes, sobre todo los extranjeros ", indica Jesús Marco.
De hecho, la comunidad de Castilla y León ha sido hasta ahora la única que implantará de manera oficial el sistema de espigas desarrollado por ASETUR, según explica el presidente de esta asociación.
Por ejemplo, en Andalucía el sistema de clasificación de turismo rural se basa en olivas; en Extremadura son encinas; en Cataluña son espigas también pero con unos criterios diferentes a los de ASETUR, etc.
Pero no sólo es una cuestión de nombre, sino de normativa: el número de plazas máximo que puede tener una casa rural, los metros cuadrados de las habitaciones, incluso la altura de los techos son elementos que varían según las normas de cada comunidad autónoma, lo que a su vez incide en la clasificación final del establecimiento en cada territorio.
Por ejemplo, desde Turalcat, una de las dos grandes asociaciones de turismo rural que existen en Cataluña, se considera que "el sistema elaborado por ASETUR, totalmente respetable, no sirvió como referencia para nuestro trabajo de categorización. Tenía que ser un sistema que respondiese a la diversidad de características de los alojamientos rurales catalanes".
Según reconoce Jesús Marco, los múltiples intentos de ASETUR para convencer a las Comunidades Autonómas de establecer un modelo homogéneo de clasificación han fracasado. "El consumidor está confundido, pero con el tiempo esperamos consolidarnos como la referencia", añade.
Problemas de comercialización
El año pasado se registraron un total de 7,67 millones de pernoctaciones en todos los alojamientos rurales de España, según las encuestas de ocupación del INE. Tal como muestra la tabla, el número de pernoctaciones se mantiene más o menos estable, con altibajos, desde el año 2006 (entonces se contaron 7,43 millones de estancias).
Sin embargo, la oferta no ha dejado de aumentar. Hace cinco años, había 96.000 plazas de turismo rural y hoy son 131.000. Es decir, se ha producido un incremento del 36%.
"El turismo rural tiene varios problemas de comercialización en España", dice Rafael Pintado, director de Ruralgest, una central de reservas de alojamientos rurales cada vez más utilizada por turoperadores y agencias de viajes. "Desde el año 2002, hacemos hincapié en que es necesario un sistema de clasificación para el turismo rural", indica este experto en comercialización.
Y es que es tanta la diversidad de producto, con casas rurales tan diferentes, "que si alguien quiere turismo de aventura, puede ir a probar un turismo rural, a ver con qué se encuentra", ironiza Pintado, refieriéndose al hecho de que en muchas ocasiones el cliente no sabe exactamente qué está reservando.
"Todavía hoy muchos clientes preguntan a los propietarios de casas rurales si deben o no llevar sábanas. Esto es porque hay una gran disparidad en cuanto a servicios prestados en el turismo rural, lo que crea incertidumbre en el turista", expone el director de Ruralgest.
La misma casa, con diferentes clasificaciones
De momento, Ruralgest ha comenzado a integrar en sus sistemas de reservas el modelo de clasificación por espigas desarrollado por ASETUR, "un sistema que fue un gran acierto pues se basa en el modelo francés", apunta Pintado. No obstante, puede ocurrir perfectamente que una casa rural de Extremadura tenga 2 encinas según el sistema de clasificación regional y 3 espigas según ASETUR.
Según apunta Rafael Pintado, el turismo rural tiene ahora una gran oportunidad de comercialización gracias a internet, dado que los nuevos sistemas de reservas permiten por ejemplo a las agencias de viajes y turoperadores consultar disponibilidades en tiempo real.
"Los grandes grupos turísticos cada vez más se muestran interesados por esta oferta, pero necesitan herramientas y claridad". Por ello, concluye, "al final sólo quedarán los sistemas de clasificación que tengan más peso dentro del sector y los que sean más útiles".
Este reportaje ha sido publicado en la revista HOSTELTUR de marzo y puede descargarse también en pdf como "El turismo rural no logra poner orden en su oferta".
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