El Gobierno estadounidense redujo este viernes la alerta terrorista de su actual nivel "alto" a "elevado", pero la mantuvo en niveles muy elevados en el tráfico aéreo y en ciudades como Washington y Nueva York.
El Gobierno estadounidense redujo este viernes la alerta terrorista de su actual nivel "alto" a "elevado", pero la mantuvo en niveles muy elevados en el tráfico aéreo y en ciudades como Washington y Nueva York.
El secretario de Seguridad Nacional, Tom Ridge anunció hoy la reducción de la alerta, que fue incrementada el 21 de diciembre, coincidiendo con el comienzo de las fiestas navideñas y se felicitó de que hayan transcurrido "con seguridad y sin incidentes". Al hacer el anuncio, Ridge subrayó no obstante que a pesar de que se ha decidido disminuir el nivel de vigilancia, EEUU "no debe bajar la guardia". "Sé que todos damos gracias porque no ha ocurrido nada", dijo Ridge al hacer el anuncio. Aunque reconoció que las condiciones de amenaza "han disminuido", destacó que hay áreas en las que se requiere mantener mayor nivel de seguridad y entre ellas citó el sector aéreo, que fue uno de los más protegidos durante la pasada temporada festiva. El incremento de la alerta terrorista se produjo a raíz de ciertas indicaciones recibidas por los servicios de información que decían que grupos terroristas podrían estar intentando atentar contra intereses de EEUU tanto dentro como fuera del país. Durante la reciente alerta "naranja", se hizo especial hincapié en la seguridad aérea, tanto en los aeropuertos como en los aparatos. Se prohibió aparcar en las inmediaciones de las terminales y los pasajeros fueron sometidos a intensos controles de seguridad antes de abordar los aviones. Según explicó el Gobierno, existía el temor de que terroristas de Al Qaida pudieran volver a intentar atentados como los perpetrados el 11 de septiembre de 2001, que en Nueva York, Washington y Pensilvania se cobraron más de 3.000 vidas. Más de media docena de vuelos hacia EEUU fueron cancelados por razones de seguridad y muchos otros sufrieron retrasos e incluso fueron escoltados por aviones caza cuando entraron en el espacio aéreo de EEUU. Como medida de precaución se incrementaron también los registros de las personas asistentes a las grandes celebraciones de principios de año. La seguridad fue especialmente intensa en Nueva York, durante la tradicional concentración que se celebra en Times Square para recibir el Año Nuevo. Posteriormente, se supo que en Nueva York, Washington, las Vegas y Los Angeles, equipos especiales detectaron la posible presencia de radioactividad, ya que no se descartaba la comisión de un atentado con las llamadas "bombas sucias".
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