Cuba: El día D ha llegado, también para el turismo
Vuelco radical a las relaciones bilaterales entre Cuba y Estados Unidos
Publicada 19/12/14Análisis/ Con un gesto de una altura política sin precedentes, los presidentes Barak Obama y Raúl Castro han dado un vuelco radical a las relaciones bilaterales entre Cuba y Estados Unidos del último medio siglo. Las medidas anunciadas por el presidente Obama se traducirán en un nuevo marco de relaciones de Cuba con el hemisferio, que tendrá consecuencias inmediatas en la economía de la Isla; además de la entrada de capitales para familias y negocios privados. El sector turístico será el más beneficiado, con el potencial arribo de millones de turistas norteamericanos.
Es posible afirmar que desde hace aproximadamente cinco años comenzaron a aflorar informaciones que presagiaban la puesta en marcha de un proceso de reinvención de la industria turística cubana. Esta nueva dinámica está sólidamente interconectada con la llegada al poder del presidente Raúl Castro, la consolidación de un grupo de actores vinculados a las estructuras empresariales de las Fuerzas Armadas (Grupo Gaviota S.A.), y con las sinergias creadas por el proceso de reformas económicas en curso, que han favorecido el surgimiento y consolidación de un sector privado de servicios (el próximo año el proceso de privatización gradual de los establecimientos estatales afectará a 7.480 entidades).
El potencial arribo de turistas norteamericanos al archipiélago no ha cogido por sorpresa a las autoridades cubanas. En los últimos años se hizo evidente la apuesta gubernamental por tres megaproyectos (multimillonarios), que convirtieron a la costa norte del occidente cubano en una de las zonas turísticas más dinámicas del área. Las iniciativas de edificación de varios campos de golf en diversas regiones de Cuba, la construcción de una gran marina en Varadero y la consolidación de un enclave hotelero en los cayos del norte de Villa Clara, son muestras fehacientes de ello. El corazón de esta redimensión económica será el puerto de Mariel, que convertirá a Cuba en un punto de contacto entre el nuevo Canal de Panamá y los puertos de la costa sur de Estados Unidos, dando un giro renovado al comercio hemisférico.
Grandes proyectos de crecimiento
En la pasada edición de la Feria Internacional de Turismo FitCuba 2014 el ministro del sector, Manuel Marrero, dio a conocer que Cuba estaba ejecutando 9.000 habitaciones en Pinar del Río, Cayo Santa María, Holguín y la capital, además de un campo de golf y un centro inmobiliario aledaño en la localidad de Varadero. En el propio contexto de FitCuba, el Grupo Gaviota S.A. anunciaba que proyectaba concluir la construcción de 1,020 habitaciones en el destino Cayos de Villa Clara (se trataba del hotel Valentín Perla Blanca); y en Cayo Coco construiría el Meliá Jardines del Rey, de 1,176 habitaciones. Unido a ello, informaron que entre 2015 y 2017 planeaban crear 14,000 nuevos cuartos hoteleros en La Habana, Varadero, Cayos de Villa Clara, Jardines del Rey y Camagüey. Todo ello se realizará de la mano de prestigiosas cadenas como Meliá Hotels International, Iberostar, Occidental Hoteles & Resorts, Blau, H10, Pestana, Blue Diamond, Roc Hotels, entre otras.
Para que el enclave turístico del occidente del país pudiese funcionar, Cuba debía encarar un reto que parecía imposible y que hoy ya es un hecho palpable: el restablecimiento de las relaciones bilaterales con Estados Unidos. Próximamente se espera que sean flexibilizadas las 12 categorías por las que está permitido viajar a Cuba desde el país norteño. Hasta ahora solo se permitían visitas familiares, por negocios del gobierno, periodismo, investigación profesional y reuniones, actividades educativas, religiosas, “apoyo al pueblo cubano”, proyectos humanitarios, trabajo e investigación de fundaciones privadas, de importación/exportación, arte y desempeño atlético, clínicas y talleres. El comercio y la actividad turística se verán favorecidos al permitir a los bancos estadounidenses abrir cuentas en la banca pública cubana, así como el uso de tarjetas de crédito y débito de Estados Unidos.
En este contexto, es importante seguir desarticulando la visión monopólica en los servicios turísticos cubanos. Constituye un desafío para el gobierno lograr articular al emergente sector privado de servicios, a los arrendatarios de tierra (potenciales suministradores de productos frescos del agro) y al sector turístico nacional, con el objetivo de elevar los estándares de calidad. De cara al mercado norteamericano, Cuba debe competir, en el contexto del Caribe insular, con destinos como Cancún y República Dominicana, por solo citar a dos de ellos.
Para leer más sobre este tema:
- Cadenas españolas en Cuba: mantener posiciones tiene su recompensa, un análisis de Vivi Hinojosa para la sección de Hoteles.
- El turismo ve con grandes expectativas la nueva etapa en las relaciones de EEUU y Cuba
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