Uber ha cerrado pero no es el fin sino el principio de una nueva economía
La "uberificación" o servicios a la carta vía apps, una tendencia imparable
Publicada 01/01/15Análisis/ El cese de operaciones de Uber en España, aunque temporal, puede hacer pensar que la economía colaborativa ha recibido un golpe del que le costará mucho reponerse. Nada más lejos de la realidad. Porque nos guste o no, el futuro del empleo, también en la industria turística, cada vez va a pasar más por las apps y una miríada de pequeños negocios independientes vinculados a la tendencia P2P.
Ya en junio de 2014, advertíamos que plataformas intermediarias como Uber, Airbnb, etc, tendrán que ofrecer producto 100% legal en un plazo de dos o tres años, o correrán el riesgo de morir de éxito.
De hecho, estas y otras webs que promueven el turismo Peer to Peer (P2P, de igual a igual) se apoyan en en fondos de venture capital para financiar sus planes de expansión. Pero esos grupos inversores podrían retirarse si perciben demasiadas sanciones y amenazas legales en los diferentes países donde operan. Ver también El capital riesgo invierte 3.600 M € en startups de viajes.
The Economist anuncia una nueva era
Precisamente la misma semana que Uber ha anunciado el cierre temporal de su actividad en España -mientras la empresa continúa la batalla en los tribunales y busca otros sistemas que permitan ofrecer un transporte alternativo- la revista The Economist ha dedicado su tema de portada al auge de la economía bajo demanda, a la que describe como una continuación de la economía colaborativa.
Y es que según apunta dicha publicación, "los trabajadores freelance disponibles en el mismo momento del aviso reconfigurarán la naturaleza de las compañías y la estructura de las carreras profesionales".
"En San Francisco, la zona zero de esta economía a la carta, jóvenes profesionales que trabajan para Google o Facebook pueden usar las apps de sus smartphones para que sus apartamentos sean limpiados por Handy o Homejoy; hacer que su compra de la semana sea realizada y entregada por Instacart; sus ropas limpiadas por Washio y sus flores entregadas por Bloom That".
"Fancy Hands les proporcionará asistentes personales que podran reservar sus viajes o negociar con la compañía de cable. TaskRabbit enviará a alguien a recoger un regalo de último minuto y Shyp se encargará de envolverlo y entregarlo. Y SpoonRocket les dejará a la puerta de su casa un menú de calidad de restaurante en 10 minutos".
Estas y otras muchas apps apuntadas por The Economist son plataformas intermediarias que ponen en contacto clientes con pequeños negocios independientes o trabajadores autónomos que se encargan de realizar los diferentes trabajos solicitados: sea cambiar una instalación eléctrica, pintar una pared, llevar a un pasajero en coche o reservarle un viaje personalizado.
Y atención, porque no se trata de una moda pasajera, ni de un sistema alternativo de ganar un dinero extra, sino de un cambio estructural de la economía y las sociedades occidentales tal como las hemos conocido hasta ahora.
Según relata The Economist, esta economía bajo demanda está eclosionando gracias a las nuevas tecnologías y a los nuevos hábitos de consumo, pero también gracias a la existencia de una gran masa de trabajadores disponibles en Estados Unidos y Europa, que deben buscarle la vida pues ya no están bajo el amparo de grandes empresas y corporaciones como ocurría hace unas décadas.
Porque en un mundo cada vez más globalizado y dominado por la tendencia a reducir costes como sea, muchas de esas empresas o han desaparecido, o han deslocalizado la producción a otro país, o han recortado sus plantillas y cada vez más recurren a contratar servicios fuera. Ver también La externalización en hoteles se doblará en cinco años.
La situación en España
Y en países como España, con una tasa de paro del 23,7%, donde los grandes inversores capaces de crear centenares de miles de puestos de trabajo no llegan ni se les espera, los gobiernos van a tener una clara tendencia a liberalizar cada vez más las diferentes actividades económicas con el fin de propiciar el autoempleo, con la ayuda inestimable de las nuevas tecnologías.
Es decir, vamos hacia la "uberificación" de la economía.
Mientras estos procesos van tomando forma, un total de 26 compañías han constituido el lobby Sharing España "con la finalidad de analizar, promover y proteger la economía colaborativa y sus modelos de negocio P2P", según han informado los promotores de esta iniciativa.
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