El presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, ha constatado la vigencia del Camino de Santiago como vínculo y seña de identidad "de nuestra larga historia común en España", así como de la "conciencia de la Europa de los valores y de los ciudadanos que estamos construyendo".
El presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, ha constatado la vigencia del Camino de Santiago como vínculo y seña de identidad "de nuestra larga historia común en España", así como de la "conciencia de la Europa de los valores y de los ciudadanos que estamos construyendo".
Herrera se manifestó así ayer lunes delante del Príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, durante el acto conmemorativo del Año Jacobeo del primer milenio, celebrado en la Real Colegiata de Roncesvalles, primer hito monumental, histórico y espiritual del Camino de Santiago en España, situado junto al Pirineo Navarro, a mil metros de altitud. La ruta "sigue siendo para todos nosotros un formidable vínculo espiritual, cultural y material, de enorme trascendencia en el proceso de nacimiento y desarrollo de cada uno de estos pueblos", añadió el presidente, quien compartió protagonismo con los siete restantes mandatarios de las autonomías que albergan "todos los caminos que hacia Santiago van". Este encuentro, al que también asistieron la ministra de Educación y Cultura, Pilar del Castillo, y el arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, Fernando Sebastián, se celebró después de una marcha simbólica en la que el Príncipe de Asturias, como un peregrino más, recorrió los 1.300 metros que separan el Alto de Ibañeta de la Real Colegiata de Santa María de Roncesvalles. La entonación del "Dum pater familias", uno de los textos más conocidos del Codex Calixtinus, a cargo de la Capilla de Música de la Catedral de Pamplona, precedió a la intervención de los presidentes autonómicos en el interior del templo, que abrió el anfitrión de Navarra, Miguel Sanz, y que continuó Herrera. Durante su discurso, éste reivindicó entre otros itinerarios jacobeos el de la vieja vía de la Plata, "que conduce a Compostela desde el sur de España cruzando Salamanca, Zamora y León", una de las dos vías peregrinas que atraviesan Castilla y León junto al tradicional Camino Francés. Este consta de "cuatrocientos kilómetros por las provincias de Burgos, Palencia y León que en sí mismos constituyen un símbolo del carácter diverso y abierto de la Comunidad más extensa de España, un ejemplo de hospitalidad y futuro", afirmó. Atesoran un compendio de paisajes, historia y patrimonio "que han adquirido en estos tiempos un nuevo valor, esplendor y protagonismo, como seña de identidad, factor de dinamización, garantía de poblamiento y punto de partida del turismo cultural de calidad por el que estamos apostando", agregó el presidente. Catedrales, monasterios, colegiatas, iglesias, ermitas, hospitales, palacios, castillos, torres y puentes ofreció Herrera a todos los peregrinos que, procedentes de cualquier tierra, "siguen una flecha amarilla" en dirección a Compostela, a quienes dio la bienvenida y deseó "buen Camino" cuando pasen por Castilla y León.
El acto conmemorativo del Jacobeo 2004 se inició poco después de las 12.30 horas en el interior de la Real Colegiata, de estilo gótico francés (siglos XII-XIII), en cuya sala capitular se conserva el mausoleo del rey Sancho el Fuerte de Navarra, conocido por su victoriosa participación en la batalla de Las Navas de Tolosa (1212). En la puerta del templo, el heredero de la Corona fue recibido por Jesús Labiano, prior de la Colegiata de Santa María de Roncesvalles, pequeño núcleo formado por diez casas donde habitan 28 personas, diez de ellas canónigos. Autoridades civiles, religiosas y militares participaron en este solemne ceremonial que desde 1993 organiza el Gobierno de Navarra al comienzo de cada Año Santo con la presencia de algún miembro de la Casa Real. Junto a Herrera y Sanz asistieron también los presidentes de Aragón, Marcelino Iglesias; del Principado de Asturias, Vicente Alvarez Areces; del País Vasco, Juan José Ibarreche; de La Rioja, Pedro Sanz; de Cantabria, Miguel Angel Revilla; y de Galicia, Manuel Fraga, quienes acompañaron al Príncipe en su peregrinaje. Más de doscientos periodistas acreditados pudieron cubrir el acto durante una mañana fría y soleada, con una temperatura aproximada de cuatro grados.
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