Grecia: la victoria de Syriza y lo que le espera al turismo
Publicada 13/02/15
Artículo/ ¿Cómo afectará la victoria de Syriza al turismo, uno de los principales sectores económicos de Grecia (supone más del 20% del PIB)? Las alusiones al Turismo por parte de los dos principales partidos políticos durante la campaña electoral aumentaron más aún la incertidumbre en el sector turístico griego: mientras el ex-primer ministro Antonis Samaras anunciaba subir el IVA hotelero del 6,5% al 13%, su rival Alexis Tsipras mostraba su intención de no conceder más licencias para proyectos hoteleros de Todo Incluido, al promover Syriza un modelo turístico “con un menor número de paquetes de Todo Incluido” (ver en nytimes.com, 21.01 y en hosteltur.com, 27.06).
Pocos días después de las elecciones la viceministra de Turismo, Elena Kountura, ha relativizado las declaraciones preelectorales de Tsipras, prometiendo que no habrá ninguna acción contra el Todo Incluido, si bien uno de sus objetivos es “el aumento de calidad de la oferta de Todo Incluido y la inclusión de la economía local”. En sus primeros días de Gobierno, Tsipras también ha congelado las privatizaciones previstas de 14 aeropuertos, entre ellos algunos que han llegado a su límite de tráfico y que tienen una urgente necesidad de inversiones en mejoras y ampliaciones, como por ejemplo el aeropuerto de Creta. De la misma manera, el sector empresarial ha congelado importantes inversiones (se estiman en más de 10.000 millones de euros), muchas de ellas hoteleras, en espera de señales de estabilidad desde Atenas
Recordemos que el 2014 fue denominado por la Confederación de Turismo griego (SETE) como un “año dorado para la industria turística griega”, al haberse registrado un nuevo récord de visitantes(ver hosteltur.com, 07.01.15). Importantes turoperadores europeos, como Alltours o TUI, han mostrado su apoyo a Grecia durante los últimos años. Por ejemplo, TUI ha ampliado los hoteles de su catálogo de Grecia de 281 en el 2011 a 452 establecimientos en este 2015, previendo nuevas aperturas de hoteles en Creta, Kos, Corfu y el Peloponeso occidental. Este turoperador ya se había asegurado contractualmente en el 2011 que un cambio de moneda no afectaría a la devolución de los adelantos efectuados en euros a sus partners hoteleros, una cláusula que ha extendido recientemente a todos sus contratos con destinos europeos (ver en welt.de, 06.01.15).
En principio el sector turístico griego no debería verse afectado negativamente por el nuevo Gobierno, siempre que éste no intervenga en los mecanismos de la economía de libre mercado (p.ej. prohibiendo el Todo Incluido) y Grecia logre mantener la estabilidad política y social, así como su permanencia en la Eurozona (=escenario más probable). La moderación durante las últimas semanas de Alexis Tsipras (líder de Syriza) en cuanto a su inicial intención de incumplir los pagos de la deuda griega ha rebajado la probabilidad de la salida de la Eurozona del país heleno. Sin embargo, algunos discursos de otros militantes de Syriza no contribuyen a alejar del todo el fantasma de una posible falta de acuerdo en cuanto a la deuda griega y al cumplimiento de las reformas estructurales marcadas por la troika (ver, por ejemplo, la entrevista a Yanis Varoufakis, nuevo titular de Finanzas griego, publicada en elmundo.es el 21.01).
Y si Grecia finalmente sale del Euro, ¿qué efectos tendría en el Turismo?
Durante las últimas semanas este improbable escenario ha copado titulares de la prensa mundial (“Grexit”), destacando especialmente una de sus consecuencias para el sector turístico griego: una supuesta mejora de competitividad por un menor precio conseguido a través de una nueva moneda devaluada (ver por ejemplo la verdad.es, 25.01). Sin embargo, ese sólo es uno de los posibles efectos de una salida de la Eurozona, de los que relaciono algunos a continuación:
1) Mayor atractivo (inicial) por menores precios: La vuelta al dracma griego conllevaría de inmediato una devaluación con relación al euro, la cual es estimada por diversos expertos economistas entre 40% y 60%. Si Grecia consiguiese ofrecer rápidamente una imagen de estabilidad interna, se convertiría en un destino muy competitivo en cuanto al precio, por lo que sería de esperar que sus visitantes aumentarían. Pero, ¿sería sostenible para Grecia la ventaja competitiva lograda a través de la devaluación? Veámoslo:
2) Hiperinflación: Mientras que las exportaciones se harían más baratas, las importaciones se encarecerían. Asimismo, con la salida del euro podría desaparecer para los griegos la presión de las reformas, por lo que los sindicatos, después de las negociaciones a la baja de los últimos años, podrían lograr importantes aumentos salariales, lo cual, en conjunto con el mayor precio de las importaciones, conduciría a una escalada de los precios en Grecia, todo ello en un más que probable contexto de tensiones extremas sobre el sector financiero y cada vez mayor dificultad para acceder a los mercados de capitales. Estaríamos ante una inflación que rápidamente se podría comer la ventaja competitiva obtenida a través de la devaluación, lo cual le daría un carácter temporal a esa ventaja competitiva del precio.
3) Menos inversiones en renovación hotelera: Es previsible que los hoteleros verían reducidos sus márgenes pues, por un lado, verían aumentados sus costes de compras de materias primas importadas y, por otro lado, tendrían que asumir ellos los efectos de la devaluación en las transacciones con los turoperadores. Esta reducción de márgenes redundaría en una menor reinversión en el mantenimiento y renovación del hotel, lo cual equivale a perder competitividad.
4) Menos renovación de infraestructuras turísticas: Grecia es un destino maduro con infraestructuras que necesitan actualización. ¿Habrá dinero público para la rehabilitación de infraestructuras turísticas? Recordemos que la deuda pública está suscrita en euros y, aunque sea condonada en gran parte en el momento de la salida de la Eurozona, a Grecia le costaría más financiarse en el mercado. Es de prever que, si no se han rehabilitado infraestructuras en los últimos años, mucho menos se haría en tan delicada situación, al menos con dinero público.
5) ¿Salida también de la Unión Europea?: Un país que sale de la Eurozona, ahogado por el problema del paro, probablemente pretenderá aplicar políticas proteccionistas en cuanto a la contratación de mano de obra, favoreciendo la contratación de personal nacional, lo cual chocaría con la libre circulación de mano de obra en la Comunidad Europea.
6) ¿Mermada disposición al servicio turístico?: La influencia de un empobrecimiento poblacional en la hospitalidad es una gran incógnita, pues puede reflejarse en una manifestación abierta de culpar de la situación económica al visitante (p.ej. “germanofobia”), algo que sería un suicidio turístico, pero también sería posible la actitud contraria, es decir, que se vea al sector turístico como salvador de la economía y que, por tanto, se mantenga o aumente la amabilidad hacia el visitante.
7) ¿Se vería afectada la seguridad?: Una pérdida de seguridad derivada de un drástico empobrecimiento poblacional, en cualquiera de sus ámbitos (seguridad ciudadana, sanitaria,..), afectaría gravemente a la competitividad turística del país heleno, pues precisamente la seguridad es uno de los factores diferenciadores de los destinos maduros europeos.
8) ¿Más inversiones del exterior?: En teoría, con una moneda devaluada se harían más atractivas, pero las inversiones dependen siempre de la seguridad jurídica que ofrezca el país a invertir. Por muy atractiva que se hiciese una inversión por el cambio de moneda, el inversor se lo pensaría mucho si existiese la remota posibilidad de una nacionalización o expropiación de la inversión. La devaluación, por tanto, no garantiza por sí sola el flujo de nuevas inversiones desde fuera, si no va unida a garantías de seguridad jurídica.
En definitiva, las reformas estructurales y la austeridad (=”devaluación interna”) se evidencian como un mal menor, a pesar de conllevar procesos muy dolorosos, pues la otra opción, la devaluación fuera de la Eurozona, tendría consecuencias negativas de impredecible magnitud, tanto para el sector turístico como para la economía en general del país saliente. Por ello es muy deseable que el Gobierno griego logre un acuerdo razonable con la Eurozona que mantenga la estabilidad política y social de Grecia sin salir del Euro.
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