El cocinero Ferran Adriá, considerado el mejor 'chef' del mundo, apuesta por aprovechar el "momento histórico" que atraviesan actualmente la gastronomía española y catalana para promocionarlas en todo el mundo y convertirlas en "un referente mundial en alimentación".
El cocinero Ferran Adriá, considerado el mejor 'chef' del mundo, apuesta por aprovechar el "momento histórico" que atraviesan actualmente la gastronomía española y catalana para promocionarlas en todo el mundo y convertirlas en "un referente mundial en alimentación".
Adriá ha pronunciado ayer lunes una conferencia sobre el impacto de la alta economía en la cocina, dentro del ciclo de coloquios Tribuna Barcelona, en la que ha "prohibido" cualquier pregunta sobre el menú que él y el cocinero Juan Mari Arzak preparan para la cena de gala que los reyes ofrecerán en la víspera de la boda del Príncipe. En su conferencia, el célebre 'chef', que ha sido portada de los periódicos New York Times y Le Monde y de la revista Time, ha animado a las administraciones a impulsar "una campaña importante" para promocionar la gastronomía española y catalana, que, a su juicio, atraviesan actualmente por "un momento histórico". "Cualquier otro país tiene esas tres portadas y monta un revuelo increíble", ha opinado el cocinero, que cree que "ahora es el momento" de aprovechar esa fama "si queremos hacer de Cataluña y España un líder mundial en alimentación". En opinión de Adriá, las administraciones deben contribuir a promocionar la gastronomía española, "porque las empresas privadas no harán nada por si solas", mientras que los cocineros tienen que comprometerse a "mejorar y colaborar mucho más en el tema de la alimentación". "Tenemos que aprovechar porque no nos volverá a pasar lo de estas tres portadas", según el 'chef', que ha recordado que la promoción de la gastronomía revertirá en el desarrollo económico catalán y español porque, a su parecer, "la imagen es el 80 por ciento de un país". Ferran Adriá ha "prohibido" también cualquier pregunta sobre las reservas que acumula el restaurante que regenta en Roses (Girona), al que ha calificado de negocio "muy atípico" porque se ha hecho a sí mismo "a través del idealismo". "Somos apasionados y románticos", ha añadido. Según Adriá, que ha confesado que sus colegas norteamericanos "no le entienden", bastaría con elevar a 1.000 euros el precio del menú de El Bulli para reducir drásticamente el número de reservas que acumula el restaurante, pero ello contradiría uno de sus grandes principios, despojar la alta cocina de "su imagen elitista". "Ojalá pudiéramos servir 10.000 menús cada día a 50 euros", ha apuntado, tras asegurar que el Príncipe Felipe y su prometida Letizia Ortiz "reservaron con cinco meses de antelación, como todo el mundo, para cenar en 'El Bulli'". A su juicio, el éxito de su restaurante radica en "el trabajo en equipo" y en su capacidad para promover un "cambio conceptual que está moviendo todo el mundo" y que no es otro que "poner al mismo nivel el huevo, la leche y el caviar". Asimismo, Ferran Adriá ha defendido que el papel de la alta cocina debe ser asesorar a la industria alimentaria para "entrar en las casas". Sin embargo, el cocinero ha advertido de que es necesario "ser realistas" y adecuar la gastronomía al mundo actual, que exige platos rápidos y poco laboriosos, elaborados con productos al alcance de la mano. "En el futuro, no veo la pastilla, pero sí una chocolatina vitaminada para el almuerzo, como la que toman los alpinistas. Y por la noche, el placer de la cena", ha comentado.
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