La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) concluyó ayer su junta anual en Singapur con la aprobación de una serie de medidas dirigidas a abaratar costes y atajar la amenaza que acecha la rentabilidad de las compañías que la integran por la continua subida del precio del petróleo.
La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) concluyó ayer su junta anual en Singapur con la aprobación de una serie de medidas dirigidas a abaratar costes y atajar la amenaza que acecha la rentabilidad de las compañías que la integran por la continua subida del precio del petróleo.
En la segunda y última jornada de debates, en los que han participado 600 expertos y 150 jefes ejecutivos de las principales aerolíneas del mundo, el director general de IATA, Giovanni Bisignani, señaló que es imprescindible concentrar todos los esfuerzos en la reconstrucción de la industria para hacerla más fuerte, aerodinámica y de bajo coste. Para ello, la asociación acordó implementar un sistema de billetes electrónicos que sustituyan a los tradicionales de papel en el plazo máximo del 2007, un cambio que, según Bisignani, abaratará los costes y supondrá un ahorro de hasta 3.000 millones de dólares para las aerolíneas. El uso generalizado del autoservicio para facturar, la sustitución de las tarjetas de embarque por códigos de barras que pueden ser impresos por los propios pasajeros y la identificación de equipaje por radiofrecuencia para saber en todo momento dónde se encuentra una maleta son otros de los proyectos aprobados por la asociación para reducir gastos. Bisignani ya alertó ayer durante su discurso inaugural que los gastos de las empresas aéreas se incrementarán en 1.000 millones de dólares al mes por la reciente subida del crudo e insistió en que de afincarse el precio del barril a 36 dólares las pérdidas del sector ascenderían hasta los 3.000 millones de dólares. El directivo de IATA confirmó que desde el fatídico 11 de septiembre del 2001 esta industria ha perdido 30.000 millones de dólares y advirtió de que los gastos originados por el precio del crudo "podrían negarnos la rentabilidad de nuevo", cuando se preveían beneficios para este año de hasta 3.000 millones. El precio del combustible representa costes de hasta el 16 por ciento de las operaciones de una compañía en este sector y rozó los 42 dólares por barril, el más alto desde 1990. La reunión de Singapur también ha servido de escenario para formalizar la alianza entre la lusa TAP Air Portugal y la española Spanair para cubrir las rutas entre Portugal y España que conectan con otros destinos europeos, lo que supone una ruptura de la portuguesa con su actual aliada Iberia. El director general de Spanair, Enrique Meliá, y el presidente de TAP, Fernando Pinto, declararon que este acuerdo busca acabar con la supremacía de Iberia en la Península Ibérica y entrar en el mercado latinoamericano. El tratado se ha visto reforzado por el anuncio de la incorporación de TAP a Star Alliance, de la que ya formaba parte Spanair. Star Alliance, liderada por la alemana Lufthansa, compite con otras dos alianzas, Oneworld, dirigida por British Airways y en la que también se encuentra Iberia, y Sky Team, encabezada por Air France y KLM. Asimismo, la junta anual concluyó ayer en la ciudad-estado con el nombramiento de Jean-Cyrill Spinetta como el nuevo presidente del consejo directivo de IATA para el periodo 2004-2005. Spinetta, presidente y director general de Air France, releva en el cargo a Isao Kaneko, presidente de Japan Airlines. La próxima reunión anual de IATA, asociación que representa a 270 aerolíneas y comprende el 98 por ciento del tráfico aéreo mundial, tendrá lugar en Tokio en mayo del 2005.
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