El Foro Europeo de Rociadores Automáticos, del que la Asociación Española de Sociedades de Protección contra Incendios, TECNIFUEGO-AESPI, forma parte, ha ideado una útil manera de proteger a los usuarios de establecimientos hoteleros: la creación de un listado de "hoteles seguros" que tengan instalados sistemas de rociadores automáticos, porque como dicen los expertos cada rociador es un "bombero permanente, discreto y seguro".
El Foro Europeo de Rociadores Automáticos, del que la Asociación Española de Sociedades de Protección contra Incendios, TECNIFUEGO-AESPI, forma parte, ha ideado una útil manera de proteger a los usuarios de establecimientos hoteleros: la creación de un listado de "hoteles seguros" que tengan instalados sistemas de rociadores automáticos, porque como dicen los expertos cada rociador es un "bombero permanente, discreto y seguro".
Cada vez más ciudadanos al elegir un hotel ?lugar donde se va a descansar y a dormir, y por tanto se está indefenso- buscan un establecimiento seguro. Las pioneras en este sentido han sido las Administraciones públicas estadounidenses, que desde hace una década sólo contratan para alojar a sus funcionarios hoteles que tengan instalados sistemas de rociadores automáticos. Parecida sensibilidad hacia la protección de las personas ha llevado a la ciudad Scottsdale en Arizona a exigir por ley que todos los edificios de nueva construcción tengan instalados rociadores automáticos en las viviendas. Las razones son poderosas: los rociadores automáticos evitan muertes y ahorran en servicios públicos de bomberos. De hecho, hace varios años que en Scottsdale no se ha producido una sola muerte por incendio, algo impensable antes de esta ley. Este aumento de las exigencias es producto de la cultura de la sociedad, cada vez mas concienciada en materia preventiva y que sabe distinguir los servicios y productos que contribuyen a la calidad de la vida. Así cada vez mas personas cuando entren a un hotel se fijan no solo en la decoración, el servicio, la comodidad, sino también en que el establecimiento haya instalado las medidas de seguridad contra incendios adecuadas. Los rociadores automáticos son muy seguros y sólo se activan en caso de necesidad. Controlan los incendios, salvan vidas y bienes. No estropean el mobiliario, puesto que únicamente efectúan el riego sobre instalaciones y artículos ya dañados. Dan la alarma para que acudan los bomberos, quienes suelen encontrarse con el trabajo ya hecho o con un incendio controlado. Son completamente silenciosos. No requieren mantenimiento durante décadas. De un tiempo a esta parte, incluso se cuida su estética para que no desentonen con la decoración (se pueden instalar semiempotrados o incluso pueden estar ocultos). Esta sensibilización a la hora de proteger contra incendios esta llegando cada vez con mayor fuerza a las Gerencias de los hoteles por varias razones evidentes. En primer lugar, porque se trata de un establecimiento público desconocido para el cliente, donde las personas pueden estar durmiendo o congregadas en altas densidades -algunos hoteles reúnen a 8.000 personas en sus instalaciones-; en segundo lugar, por un criterio meramente comercial, de atención al cliente, calidad de servicio, prestigio e incluso por exigencias de los tour-operadores. Y en tercer lugar, la legislación vigente española, la Norma Básica de la Edificación, NBE-CPI/96, el Reglamento de Instalaciones de Protección contra Incendios, RIPCI, y las ordenanzas municipales imponen una serie de requisitos de cumplimiento obligatorio. (HOSTELTUR) (redacción@hosteltur.com)
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