La compañía aérea italiana Alitalia vio como sus acciones caían ayer en la Bolsa de Milán más de un 2 %, pocas horas antes de que los sindicatos se pronunciaran en contra del plan de reestructuración que prevé el recorte de 5.000 empleos.
La compañía aérea italiana Alitalia vio como sus acciones caían ayer en la Bolsa de Milán más de un 2 %, pocas horas antes de que los sindicatos se pronunciaran en contra del plan de reestructuración que prevé el recorte de 5.000 empleos.
Tras dos horas de cotización, los títulos de Alitalia, que en lo que va de año se han depreciado más de un 20 por ciento, cedían un 2,46 por ciento, con un volumen de intercambios superior a los 5,5 millones de acciones. La dirección de la aerolínea, de la que el Estado italiano posee un 62 por ciento, presentó ayer a las centrales sus planes para evitar una posible quiebra, que incluyen la división de la empresa en dos sociedades, "Alitalia Fly", para las actividades propias del transporte aéreo, y "Alitalia Service", para los servicios. Sobre una plantilla de 20.700 trabajadores, el ajuste programado por el Consejo de Administración, que preside Giancarlo Cimoli, establece el despido de 450 pilotos, 1.120 auxiliares de vuelo y embarque y 3.430 empleados de tierra. La compañía italiana de bandera atraviesa por una grave crisis, que el pasado 30 de agosto llevó a sus responsables a advertir de que disponía únicamente de liquidez para sobrevivir un mes. El objetivo a corto plazo del reajuste es que se haga efectivo un préstamo de 400 millones de euros, garantizados por el Gobierno italiano y aprobados por la Unión Europea (UE).
RECHAZO DE LOS SINDICATOS AL PLAN. A última hora de la tarde de ayer, los sindicatos de la compañía Alitalia rechazaron el plan propuesto por la dirección para evitar la quiebra, y exigieron la intervención del gobierno italiano para sacar adelante la aerolínea. Ante la crítica situación de la compañía, que según sus directivos apenas cuenta con liquidez para sobrevivir este mes de septiembre, las centrales mostraron su disposición a proseguir las negociaciones hasta que se alcance un acuerdo, pero insistieron en que el plan actual no presenta las garantías suficientes.
Alitalia, de la que el Estado italiano posee un 62 por ciento, atraviesa por una grave crisis financiera, con pérdidas de cerca de 330 millones de euros en el primer semestre del año, después de cerrar 2003 con unos números rojos de 519 millones de euros.
Para evitar la desaparición de la aerolínea, el Parlamento italiano y la Unión Europea autorizaron la concesión de un préstamo privado por un máximo de 400 millones de euros, condicionado, sin embargo, a un acuerdo sobre el controvertido plan industrial. El proyecto elaborado por el equipo directivo que preside Giancarlo Ciamoli prevé, además de la drástica reducción de puestos de trabajo, la división de la aerolínea en dos sociedades, "Alitalia Fly" y "Alitalia Service". La primera se dedicaría a las actividades propias del transporte aéreo, mientras que la segunda integraría los servicios de tierra, informáticos y de mantenimiento. Además, establece un fuerte incremento de la productividad, con medidas como el aumento de las horas de vuelo de los pilotos, que pasarían de las actuales ocho a un máximo de trece en los vuelos de larga distancia y de quince en los de media. Los líderes de las principales sindicatos italianos reiteraron hoy su oposición a este proyecto por considerar que es insuficiente y poco realista para competir con el resto del sector aéreo europeo, además de conllevar un excesivo recorte de empleos. Para el secretario de la izquierdista Cgil, Guglielmo Epifani, la reorganización "no ofrece las suficientes garantías" que, a su juicio, sólo puede dar el gobierno, ya que el Estado es el accionista mayoritario. En el mismo argumento insistieron los dirigentes de los centristas Cisl, Savino Pezzotta, y Uil, Luigi Angeletti, para los que el plan no es "suficientemente creíble para relanzar la compañía" y el Ejecutivo no puede "mirar para otro lado" porque representa al máximo accionista. También la oposición política exigió una intervención del gobierno para evitar las "gravísimas consecuencias del plan industrial para el personal de Alitalia". Según el senador de Demócratas de Izquierda (DS) Esterino Montino, miembro de la comisión parlamentaria de Transportes, el reajuste "presenta consecuencias sociales inaceptables", especialmente "para la capital, Roma, y toda la región del Lazio". La aerolínea, sin embargo, no podría recibir más ayudas públicas ya que lo impide la normativa comunitaria, pese a que una inyección financiera sería indispensable para su proyecto de absorción por la sociedad resultante de la fusión entre la francesa Air France y la holandesa KLM.
Aunque los sindicatos permanecen abiertos a la negociación, la tensión entre los trabajadores de la compañía ante la amenaza de los despidos o cesiones a empresas asociadas es creciente, y hoy se sucedieron los rumores sobre huelgas o posibles bloqueos en pistas. A principios de año los trabajadores de Alitalia protagonizaron numerosas protestas y paros, que no hicieron sino agravar la ya resentida situación financiera de la compañía. Está previsto que las reuniones entre dirección y sindicatos continúen en los próximos días, con vistas a alcanzar un acuerdo antes del 15 de septiembre.
Alitalia acumulaba hasta junio pasado pérdidas por valor de 329 millones de euros, tras cerrar 2003 con unos números rojos de 519 millones.
Tras conocer la propuesta de la dirección, los sindicatos se levantaron de la mesa de negociaciones, a la que tienen previsto volver esta la tarde, tras las reuniones y asambleas que mantienen desde primeras horas de hoy para evaluar la situación y presentar su contrapropuesta. Las centrales más radicales ya han anunciado que rechazan el plan y que están dispuestas a "duras movilizaciones", incluida la huelga de hambre.
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