Un total de 760 millones de personas viajaron a los destinos turísticos internacionales durante el año 2004, lo que supone un crecimiento del 10% con respecto al año anterior, el mayor de los últimos 20 años, y un récord histórico en llegadas internacionales, anunció ayer el secretario general de la Organización Mundial del Turismo (OMT), Francesco Frangialli.
Un total de 760 millones de personas viajaron a los destinos turísticos internacionales durante el año 2004, lo que supone un crecimiento del 10% con respecto al año anterior, el mayor de los últimos 20 años, y un récord histórico en llegadas internacionales, anunció ayer el secretario general de la Organización Mundial del Turismo (OMT), Francesco Frangialli.
Durante su intervención en el acto de inauguración de la Feria Internacional de Turismo de Madrid (FITUR), que estuvo presidido por los Duques de Lugo, el máximo mandatario de la OMT calificó de "excepcional" el año 2004 para la industria turística internacional, para el que Frangialli auguró que "continuará su progresión en 2005", pese al golpe sufrido por el sector turístico del sudeste asiático a causa del maremoto del pasado 26 de diciembre. "El maremoto de Asia cierra trágicamente un año turístico excepcional, pero su impacto --durante 2005-- será marginal", explicó Frangialli, que apuntó que los países azotados por el tsunami representan tan sólo el 3% del turismo internacional y las zonas específicamente turísticas afectadas únicamente un 1%. "El turismo ha aprendido a vivir en media de la incertidumbre y la inseguridad, pero no se ha derrumbado". "La ola no hundirá un turismo asiático en plena expansión", indicó Frangialli, que subrayó que el sector turístico de la región ya demostró su "capacidad para reaccionar rápidamente" durante la crisis económica de 1998, al tiempo que confió en que mantenga la condición de "motor del turismo internacional" que ha adquirido en los últimos años. No obstante, el secretario general de la OMT apeló a la solidaridad internacional para que, en "un esfuerzo sin precedentes", aporte los fondos necesarios para el relanzamiento de la actividad turística en la zona.
SOLIDARIDAD CON LOS PAÍSES AFECTADOS. En este mismo sentido se pronunció la Infanta Doña Elena, quien apuntó que "en la fase de restauración y recuperación que ahora se abre el sector turístico tiene que poner su grano de arena para evitar que los destinos afectados dejen de contribuir a la recuperación de unas economías dañadas". La Infanta mostró, tras guardarse un minuto de silencio por las más de las 200.000 víctimas mortales del maremoto, su convencimiento de que el sector turístico, "tan íntimamente ligado al desarrollo de los pueblos, ayudará a la recuperación y el desarrollo de unas economías y unas sociedades tan cruelmente golpeadas". Paralelamente, la Infanta también quiso hacer mención a los atentados del pasado 11 de marzo en Madrid. "Afortunadamente, aquellos hechos no han tenido relevancia en este ámbito, ni han dañado nuestra imagen externa como destino turístico seguro y acogedor", apuntó.
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