El Tibidabo se convertirá en un gran parque de atracciones y de zonas verdes de libre acceso para los ciudadanos dentro de cuatro años, el plazo previsto para finalizar un proyecto de ampliación y remodelación de las instalaciones y su entorno, que costará alrededor de 50 millones de euros.
El Tibidabo se convertirá en un gran parque de atracciones y de zonas verdes de libre acceso para los ciudadanos dentro de cuatro años, el plazo previsto para finalizar un proyecto de ampliación y remodelación de las instalaciones y su entorno, que costará alrededor de 50 millones de euros.
Según ha explicado el presidente del consejo de administración del parque de atracciones, Carles Martí, el objetivo de este proyecto es "crear un nuevo espacio público que conviva con el entorno, la montaña y los vecinos de la zona y que esté abierto los 365 días del año". La primera fase de las obras, que tiene un presupuesto de 16 millones de euros, durará dos años (2006-2007) y consistirá en la transformación de la cota más baja del parque, que se abrirá al público con una zona ajardinada de más de 28.000 metros cuadrados de libre acceso, incorporará una nueva puerta de entrada a las atracciones más emblemáticas y al núcleo histórico del Tibidabo, y albergará un nuevo aparcamiento subterráneo con capacidad para 500 plazas. En esta cota también se construirán dos nuevas atracciones: el Imaginarium, un centro dedicado al desarrollo de la imaginación de los más pequeños a través de la capacidad para transformar objetos e inventa otros nuevos, y el Espai 8, una sala polivalente donde se organizarán todo tipo de actividades. La segunda fase (2008-2009), que tendrá una inversión de 34 millones de euros, se dedicará a la ampliación del parque de atracciones mediante la construcción de nuevas terrazas en la falda de la montaña, lo que le permitirá ampliar metros de superficie y aumentar la oferta de servicios, equipamientos e instalaciones lúdicas. El proyecto permitirá prácticamente duplicar la superficie de este espacio emblemático de la ciudad pues, tal como ha señalado Martí, actualmente el parque de atracciones del Tibidabo sólo aprovecha "el 50 por ciento de sus terrenos". El presidente del consejo del Tibidabo ha aclarado, no obstante, que pese a que las obras no empezarán a ejecutarse hasta 2006, este año se pondrán en marcha los proyectos ejecutivos y empezarán a desplazarse diversos servicios, como las actuales oficinas, que ya no se ubicarán en el parque.
Carles Martí ha explicado que todo este proyecto de transformación, que también contará con un mirador para el lado de la montaña que da a la zona del Vallés, "se ha de completar con una presencia más potente del transporte público", por lo que ya han empezado los estudios en este área. De momento, la opción más viable es la de crear un ferrocarril que partiría de la plaza Kennedy, aprovechando los raíles del 'tranvía azul', y que subiría hasta el Tibidabo por el mismo trazado de vía que utiliza el funicular, que está condenado a desaparecer. El parque de atracciones del Tibidabo, un espacio con cien años de historia, pretende de este modo captar un mayor número visitantes y acabar con las pérdidas que ha registrado su cuenta de explotación en los últimos años. El parque, que en 2004 recibió 487.000 visitas, espera mantenerse en cifras superiores a los 600.000 asistentes anuales una vez cristalice el proyecto de remodelación, aprovechando que parte de sus instalaciones permanecerán abiertas todo el año y no una media de 150 días anuales, como hasta ahora. En 2003, el Tibidabo arrojó unas pérdidas de 1,7 millones de euros y el año pasado, pese que generó un superávit en caja de 571.000 euros, también sufrió pérdidas de 772.000 euros en su cuenta de explotación.
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