La nueva compañía aérea china Spring Airlines, que centrará su negocio en los vuelos de bajo coste, celebró su "bautismo del aire" con un vuelo entre Shanghai y Yantai, en el este de China, informó ayer la prensa estatal.
La nueva compañía aérea china Spring Airlines, que centrará su negocio en los vuelos de bajo coste, celebró su "bautismo del aire" con un vuelo entre Shanghai y Yantai, en el este de China, informó ayer la prensa estatal.
El avión, un Airbus A320, partió el lunes del aeropuerto de Hongqiao, en Shanghai, con 180 pasajeros a bordo, y llegó una hora después a la ciudad de Yantai, varios cientos de kilómetros al norte. Con el vuelo, Spring se convierte en la segunda compañía privada en iniciar operaciones en el gigante asiático, después de que Okay Airways estrenara el sector el pasado mes de marzo.
Las dos compañías buscan explotar el negocio de los vuelos económicos, imitando a aerolíneas occidentales de bajo coste como easyJet, Virgin o Ryanair, que revolucionaron el mercado europeo y americano en los últimos años.
Spring y Okay también buscarán vuelos alejados de las rutas más habituales, que unan ciudades de tamaño pequeño y medio, y estarán enfocadas en clientes de clase media y turistas. Asimismo, repetirán la fórmula de reducir costes de venta y distribución vendiendo sólo billetes por Internet y eliminando las comidas y bebidas gratuitas que son habituales en los aviones.
Los primeros vuelos entre Shanghai y Yantai, por ejemplo, costarán 24 dólares estadounidenses (19 euros), precio similar a un billete de tren y muy alejado de los 120 dólares (100 euros) que suele costar volar con otras compañías chinas.
Una tercera compañía privada, Eagle Airlines, planea iniciar sus vuelos también este verano, y una más, Huaxia Airlines, está realizando trámites para comenzar sus operaciones antes de que acabe el año.
El mercado chino hasta ahora está dominado por los tres grandes consorcios de aerolíneas estatales (China Southern, China Eastern y Air China), que en los últimos años absorbieron otras compañías como parte de un proceso de concentración del transporte aéreo público.
La irrupción de las compañías privadas en el China servirá para impulsar el mercado de la aviación del país, que según las previsiones será el segundo mayor del mundo hacia 2025, sólo por detrás de Estados Unidos.
La constructora europea Airbus estima, por ejemplo, que venderá a China casi 1.800 aviones en las próximas dos décadas, lo que supondría un 11 por ciento de todos los aviones encargados a esa firma.
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