Italia se prepara para concluir la actual temporada veraniega con un balance negativo en el número de visitantes, mientras las empresas turísticas han pedido al Gobierno medidas para afrontar la crisis en el sector.
Italia se prepara para concluir la actual temporada veraniega con un balance negativo en el número de visitantes, mientras las empresas turísticas han pedido al Gobierno medidas para afrontar la crisis en el sector.
A la espera de conocer los datos de septiembre, las previsiones apuntan a que el trimestre estival italiano se cerrará con una reducción del 7% en la presencia de visitantes extranjeros y del 5% en lo referente al turismo interno, lo que significa dejar de ingresar varios millones de euros.
Las zonas más afectadas son las costeras, en las que a mediados de agosto, momento cumbre del turismo veraniego, se registró una reducción de visitantes de hasta el 25% en las zonas del norte y del 10% en el sur, según el Sindicato Italiano de Balnearios (SIB).
El presidente de esta central, Riccardo Borgo, achaca este descenso sobre todo al mal tiempo que afectó a buena parte del país en el "Ferragosto", como se conoce al puente de mitad de mes, pero también a la crisis económica en Italia y Europa que ha llevado a muchos a programar unas vacaciones más austeras.
En contraste con las playas, las metas artísticas como Roma, Florencia y Venecia se mantienen entre los destinos más populares de Italia y está previsto que terminen la temporada con una reducción de turistas "limitada" al 1%, según el SIB.
Sobre estos datos coincide la Asociación Nacional de Agencias de Viajes y Turismo (Assotravel), que ha revelado que han sido sobre todo los alemanes quienes este año han renunciado a viajar a Italia, frente al aumento de llegadas de escandinavos y eslavos.
El director de Assotravel, Francesco Granese, destacó que uno de los pocos sectores turísticos que ha crecido este año es el del agroturismo, "signo evidente de que el binomio turismo-gastronomía es aún una fórmula exitosa", indicó.
Por su parte, el turismo de italianos en el extranjero ha disminuido entre un 5 y un 10%, según la asociación de agencias de viajes, que subraya que entre los destinos eliminados están Egipto, a raíz de los atentados de Sharm El Sheij, y el Sudeste Asiático.
Han aumentado, en cambio, las demandas de vacaciones en Estados Unidos, España, Croacia, Túnez y Grecia, así como en destinos de Sudamérica como Argentina y la Patagonia, Brasil y Ecuador, según Assotravel.
Para Francesco Granese, la caída general del turismo se debe a la crisis económica pero también al efecto de los recientes atentados terroristas en Londres y Egipto, así como "a la ausencia de órganos públicos y la necesaria reforma del ENIT", el Ente Nacional Italiano para el Turismo.
Junto a otros sindicatos del sector, la Assotravel presiona para que el Gobierno transforme el ENIT en una gran agencia nacional para el turismo, por un lado, y un comité de coordinación del sector, por otro, al considerar que actualmente el organismo es ineficaz, en vista del declive turístico de los últimos años.
"Echamos la culpa al mal tiempo, a la tendencia de los italianos de reducir las vacaciones a pocos días, a los desastres aéreos y a los atentados terroristas; pero ninguno se preocupa por el sistema turístico nacional, que hace aguas por todas partes", criticó el presidente de la Federación de Agencias de Viajes (FIAVET), Antonio Tozzi.
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