La tercera aerolínea más grande de EEUU, Delta Airlines, anunció ayer un amplio plan de reestructuración que contempla el despido de 1.000 trabajadores, la venta de 11 grandes aeronaves y los vuelos a nuevos destinos fuera de EEUU.
La tercera aerolínea más grande de EEUU, Delta Airlines, anunció ayer un amplio plan de reestructuración que contempla el despido de 1.000 trabajadores, la venta de 11 grandes aeronaves y los vuelos a nuevos destinos fuera de EEUU.
La empresa, que se encuentra en serias dificultades económicas y anunció que podría declararse en bancarrota de no poder reducir costos, recortará en un 26 por ciento sus operaciones en el aeropuerto de Cincinnati-Northern Kentucky, su segundo nudo de embarque más grande en EEUU, después de Atlanta. Esto llevará al despido de unos 1.000 empleados de los más de 60.000 que tiene en todo el mundo.
Junto con esto la compañía venderá en 190 millones de dólares 11 aeronaves Boeing 767-200 a la empresa de carga aérea ABX Air, que recibirá los aviones desde este año hasta el 2008.
Delta, que tiene 869 aeronaves operativas, señaló que vendía los aviones pues se trata del modelo con menor eficiencia en su consumo de combustible.
Junto con estas medidas, la aerolínea anunció que aumentará sus rutas fuera de los EEUU en mercados rentables, para lo que iniciará vuelos desde Atlanta a Managua, Puerto Vallarta (México), Dusseldorf (Alemania) y a Antigua.
De esta forma, la empresa espera cambiar su enfoque desde EE.UU. hacia otros mercados con menor competencia de parte de las nuevas aerolíneas de bajo costo que hoy son una seria amenaza para las compañías más grandes dentro de EE.UU.
Delta dejará de prestar servicios entre Cincinnati y nueve ciudades, rutas que eran cubiertas a través de sus filiales regionales ASA y Comair.
Las acciones de la empresa, que han perdido cerca de un 50 por cieno de su valor en el último mes en medio de la especulación de que la compañía podría declararse en bancarrota, se mantuvieron estables ayer y cerraron en los 1,12 dólares.
El anuncio de la reestructuración de Delta se produjo el mismo día en que United Airlines, compañía que está bajo las leyes de protección de bancarrota desde hace dos años y medio, presentó un nuevo plan que le permitiría dejar la quiebra a fines de año o principios de 2006.
United señaló, en un plan de reestructuración entregado a la una corte, que recibió propuestas de financiación por 3.000 millones de dólares, más que los 2.500 millones que había solicitado.
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