La Comisión Europea (CE) presentó ayer una estrategia para incluir a las aerolíneas comerciales en el mercado de emisiones de CO2, que ya afecta desde enero a otros sectores industriales de la UE, con el fin de frenar los gases de efecto invernadero del tráfico aéreo, lo que podría provocar un aumento del precio de los billetes hasta 9 euros.
La Comisión Europea (CE) presentó ayer una estrategia para incluir a las aerolíneas comerciales en el mercado de emisiones de CO2, que ya afecta desde enero a otros sectores industriales de la UE, con el fin de frenar los gases de efecto invernadero del tráfico aéreo, lo que podría provocar un aumento del precio de los billetes hasta 9 euros.
"Al extender el comercio de emisiones al sector de la aviación, las aerolíneas también contribuirán a la reducción de los gases de efecto invernadero, y eso al menor coste posible", informó el comisario de Medio Ambiente, Stavros Dimas, en rueda de prensa.
El sistema incluirá las emisiones de los vuelos que despegan desde aeropuertos europeos y que aterrizan tanto en el mismo u otro país miembro de la UE como en un país tercero. Las aerolíneas recibirán, más en concreto, cuotas de emisiones de CO2 y tendrán que certificar las cantidades que lanzan a la atmósfera, en un proceso que podría aumentar el coste de los billetes entre 1 y 9 euros, según unas estimaciones preliminares. Además, entrarán en el mercado de compra-venta de emisiones, igual que otros sectores industriales y energéticos de la UE, dentro del sistema en vigor desde enero.
El objetivo de la medida es ayudar a la UE a cumplir sus compromisos con el Protocolo de Kioto, ya que el sector del transporte aéreo está aumentando sus emisiones a la vez que otros sectores económicos las disminuyen. A pesar de que la parte de la aviación en las emisiones de CO2 sigue siendo modesta, con un 3%, Dimas recordó que es el sector cuyas emisiones crecen más que cualquier otro.
Las emisiones procedentes de los vuelos internacionales aumentaron entre 1990 y 2003 un 73% y esa cifra podría elevarse a un 150% si no se emprende ninguna acción, advirtió el comisario. Por eso, la Comisión evaluó tres posibles opciones para reducir la parte del sector de la aviación en las emisiones de CO2: buscar fuentes más eficaces de energía, aplicar un impuesto al consumo de queroseno e incluir a las aerolíneas en el mercado de emisiones.
Dado que la Organización de Aviación Civil ha promocionado recientemente el concepto del comercio de emisiones y vista la relación entre los costes y los efectos, el Ejecutivo comunitario consideró que "incluir a las aerolíneas en el mercado de emisiones ofrece la mejor perspectiva para tratar las emisiones de los aviones".
Dimas especificó que espera presentar una propuesta legal al respecto a la Comisión a finales de 2006 o principios de 2007, pero admitió que "será difícil que entre en vigor en 2008", fecha en la que los 125 países que han confirmado el Protocolo de Kioto tienen que empezar a reducir sus emisiones.
Antes de que la propuesta legal pueda entrar en vigor, el Parlamento y el Consejo de la UE tienen que pronunciarse sobre el proyecto de comunicación de Dimas y la Comisión creará al mismo tiempo un grupo de expertos que estudiará algunos temas de manera más detallada y que presentará el año que viene un informe detallado.
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